Demasiado bello para ser cierto.
Lo primero que se escuchó en la aula fue un leve gruñido, apenas perceptible para una persona, después un quejido aún mayor y finalmente una maldición. La chica por fin había despertado del sueño.
Su vista daba vueltas y en un intento de dejar de marearse llevó su mano a su cabeza para sostenerla, pero sus labios hicieron una pequeña mueca pues esta le dolía.
Cuando por fin logro sacar todo el sueño de su sistema comenzó a darse cuenta de donde estaba.
Un poco aturdida observo todo a su alrededor. Se encontraba sentada en una butaca hasta enfrente, palpó su cuerpo unos segundos y se miró extrañas las ropas pues llevaba tenis, mallón, falda negra, blusa, corbata y chamarra. No recordaba haberse puesto ese uniforme... Más bien, no recordaba nada desde que había entrado a esa academia; ni su grado ni su grupo, sus compañeros o sus maestros. Pero intentó tranquilizarse pues no era de gran ayuda el pánico.
Se incorporó dispuesta a investigar pero se detuvo al sentir la flaqueza en sus piernas, tuvo que sostenerse de la misma silla para no caerse.Pareciera como si hubiera dormido cien años.
Cuando sus piernas por fin lograron sostener bien su cuerpo comenzó a caminar. Su atención se la había llevado unas enormes placas de metal pegadas a las paredes, donde se suponía que estaban las ventanas. Sus manos tocaron el contorno de esta y jalo su cuerpo hacia atrás intentando quitarlas, pero estaban muy bien colocadas.
Ya rendida regreso hasta el lugar donde había despertado.- ¿Pero que carajos? -dijo al ver una hoja sobre la butaca, no recordaba haberla visto cuando despertó. Tomó el papel y lo desdobló, encontrando un par de letras escritas sobre este- Felicidades por ingresar. Has comenzado un nuevo periodo, un nuevo inicio. Este lugar se volverá su nuevo mundo. La ceremonia de apertura inicia a las ocho en punto. Reúnanse en el gimnasio -leyó en voz alta- con que "nuevo inicio" ¿Eh?.
Un poco fastidiada por la situación en la que se había metido hizo bola la hoja y lo tiró en un cesto que se encontraba en la esquina.
Medito un par de segundos las cosas y al ver que no tenía más opción que seguir las indicaciones del papel suspiro.
Miro el reloj que colgaba de la pared. Eran las siete con quince. Se acercó a la puerta y la abrió, saliendo del salón, encontrándose con un extenso pasillo. Vio hacia ambos lados dudando hacia donde ir, decidiéndose por el lado izquierdo. Camino por este, y por unos minutos pensó que era la única en el lugar pues todo se encontraba en silencio pero desechó la idea pues cuando leyó el escrito estaban las palabras "su" y "reúnanse".
Finalmente llegó a un enorme salón.Al parecer era el gimnasio de la escuela. El piso estaba hecho de madera brillosa y había líneas blancas dibujadas sobre estas, como si fuera la cancha de basquetbol pero el centro tenía un escenario teatral.
La bailarina busco señales de vida por el lugar, y las encontró. Había un chico de cabellos verdes sentado en la tercera fila de las gradas que estaban a los costados del salón.
Ella se aproximó poco a poco al joven, pero vaciló un par de segundos al ver que este no se había inmutado con su presencia. Parecía que estaba muy concentrado mientras miraba a la nada.
Aun así terminó acercándose por completo a él.- Debe ser aburrido estar aquí -comentó algo nerviosa. Se sintió avergonzada cuando escucho su voz hacer eco por el lugar- ¿No? -pregunto intentando entablar plática con el.
- Solo un poco... -susurro. Cerró sus ojos por unos instantes y respiro profundo, dando por terminado el silencio. Volteo a verla y se dio cuenta del color jazmín en sus ojos y el claro tono de su piel. Extendió su mano a forma de saludo- Soy Rantaro Amami -se presentó con una sonrisa suave.
- ___ ____. -imita al chico y se dan un apretón amistoso- Un gusto -después de presentarse la estudiante se dispuso a sentarse al lado de él. Se quedaron callados unos segundos más- ¿A cuantos tendremos que esperar?.
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Esperanza y fe (Rantaro Amami y tú) DANGANRONPA
FanficHISTORIA EN PROCESO DE CORRECCIÓN Un hogar, una familia... un par de amigos... una identidad... una vida... libertad... Todo eso parecía apenas un sueño, algo que se imaginaba imposible, que no cabía dentro de una realidad, que en algún momento se t...