Sin un ángel y con un demonio.
- ¡Buenos días! -grito eufórico Monokuma a través de los altavoces, despertando todos al instante- Mientras estaba durmiendo felices como perdices, algo le pasó a uno de sus queridos compañeros.
- ¡Yo no fui! -gritó automáticamente la pintora, alzándose de golpe de la cama quedando sentada. La paranoia la había tomado presa por unos segundos, el no tener sus pastillas la estaban matando poco a poco, pero aún si no estaba completamente despabilada su raro humor salió a relucir- Yo no lo invite a saludar a Dios.
- ___ -la llamo el chico a su lado, aún recostado boca abajo con su rostro despejado para observar a su amante- ¿Crees que alguien haya matado solo por el secreto? -preguntó con voz ronca. Ya sabía la respuesta, pero su mente no lograba aceptar que una persona pudiera asesinar a alguien solo por información vergonzosa. Su mente daba vueltas para poder encontrar una forma de escapar ya.
- No lo se, -susurro la joven agachando la mirada, ella estaba en la misma posición que él. Dio un pequeño salto, quitandose el poco sueño que aún le quedaba, llevó sus manos a su rostro y frotó sus palmas contra este, para finalmente pasar sus dedos por su cabello desenredándolo un poco- pero creo que ya quedó claro que no podemos evitar la muerte dentro de esta escuela, -se acerca a la orilla del colchón y baja sus piernas para ir directo al baño- así que sera mejor investigar el crimen para salir pronto de esto.
°°°
La adolescente salió del pequeño cuarto vestida con su característico uniforme, llevaba una toalla entre las manos con la que tallaba su cabello para secarlo. Se acercó a la cama donde, media hora antes, se encontraba Amami, él también se había ido para alistarse, y tiró el trapo húmedo en el suelo. Con movimiento cansado se dejó caer en el esponjoso mueble, extendió sus brazos abarcando más espacio y sacó todo el aire que había retenido segundos antes.
A pesar de que le había dicho a su enamorado que debían investigar la reciente muerte ella no se sentía lista para hacerlo, tenía miedo de entrar en ese extraño estado que siempre la ponían las escenas sangrientas, pero tampoco quería seguir investigando entre los rincones del instituto para encontrar una salida, por fin se había dado cuenta que esa no era la forma de salir, y aunque no lo dijera en voz alta, ya había aceptado que la única forma de irse de allí era siendo el único sobreviviente, o muriendo.No había problema para ella de escapar por la segunda alternativa, era lo más fácil, pero cada vez que lo imaginaba volvía a su mente la promesa hecha a su ahora novio, no podía dejarlo ir.
Pero, para buena o mala suerte, ya había ideado un plan, algo parecido al que había hecho Maizono, solo que ella no fallaría.
Iba a proteger a Rantaro hasta que solo quedaran menos de seis estudiantes y asesinaría a los dos concursantes sobrantes, sus escenas violentas y el ataque por separado facilitaba demasiado la tarea, así que cuando acabara con ambos se suicidaría ella, dejando como único sobreviviente al de mechones verdes. Cumpliría a medias su palabra, lo sacaría de allí, pero no estaría con él, y le dolía, eso y pensar que no la perdonaría jamás.- Pim pom pam pom -canturreo el "director" por los altavoces, sacando de sus pensamientos a ___- se encontró un cadáver. ¡Una vez que haya pasado un cierto tiempo, tendremos un juicio de clase! -un pitido se escuchó, dando a entender que se había terminado su transmisión.
- Bien... -dijo a la nada- Ya es hora.
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Esperanza y fe (Rantaro Amami y tú) DANGANRONPA
FanfictionHISTORIA EN PROCESO DE CORRECCIÓN Un hogar, una familia... un par de amigos... una identidad... una vida... libertad... Todo eso parecía apenas un sueño, algo que se imaginaba imposible, que no cabía dentro de una realidad, que en algún momento se t...