Capítulo 1

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La palabra se le queda atrapada en la garganta.

Por un instante, Aemond parece incapaz de producir sonido alguno, incapaz de dar la orden y consumar el castigo.

Pero solo por un instante.

Cuando su mirada vuelve a centrarse en esos hechizantes ojos verdes que alguna vez significaron su mundo, el peso de su crimen cae una vez más sobre su cuerpo.

Y entonces encuentra su voz.

"Dracarys"

Gritos. Los gritos no tardan en hacerse escuchar cuando Vhagar abre sus fauces y suelta sus llamaradas.

Pero no había habido gritos aquella tarde ¿o sí?

No. Ella no había gritado... ¿por qué entonces...?

"Despierte, príncipe Aemond."

Unas pequeñas manos tocan con indecisión su hombro, moviéndolo suavemente y consiguiendo despertarlo, permitiendo así que sus recuerdos regresen a esa parte escondida de su memoria mientras la conciencia baña una vez más su mente.

Su habitación. Está en su habitación, no en Harrenhal.

Aemond suelta un gruñido y fija su ojo bueno en la criada que, con una vela en la mano, lo ha despertado. La pobre chica retrocede un par de pasos, asustada, al notar el disgusto en la expresión de su señor.

"¿Qué está sucediendo?" pregunta cuando los gritos de dolor de una mujer llegan hasta sus oídos

"Es la reina, príncipe. Ha entrado en trabajo de parto"

¿Ya? Es lo que se pregunta internamente, aunque no verbaliza su duda.

"¿Mi familia?"

"Reunidos en las habitaciones de su madre"

Aemond asiente y retira las sábanas que lo cubren, sentándose en la cama y tomando el parche de cuero que tiene en la mesita de noche.

"Vete, puedo alistarme solo"

La joven hace una rápida reverencia antes de abandonar su habitación.

Aemond suelta un suspiro y apura el vaso de agua que tiene siempre a su lado de la cama antes de lavarse y vestirse.

Cuando está listo sale de sus habitaciones en la torre de la Mano y camina con paso decidido por los pasillos tenuemente iluminados por antorchas, los gritos de su cuñada sonando con más frecuencia y potencia conforme se acerca a las habitaciones de la familia real.

Va a ser una noche muy larga, piensa mientras saluda a ser Arryk con una inclinación de cabeza e ingresa a los aposentos de su madre.

"¿Madre?" llama en voz baja

"Está con Ellyn"

Aemond encuentra a su hermano menor sentado junto al fuego.

"¿Qué haces aquí solo?"

"No estaba solo hasta hace un rato," responde Daeron, "Madre y yo estábamos rezando, pero los maestres vinieron a buscarla"

El príncipe se contiene de rodar su ojo y se concentra en la última parte de la información que le ha dado su hermano, "Imagino que el pronóstico no es bueno"

Daeron niega con la cabeza y bebe de la copa de vino que tiene en su mano, "Faltaban casi tres lunas para que el bebé viniera. Los maestres no creen que sobreviva"

Aemond asiente, aunque no está seguro de si su hermano lo ve. Ya había imaginado algo como esto cuando la sirvienta le había informado que la reina estaba de parto.

Resentimiento - [Aemond x Rhaena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora