Resentimiento - [Aemond x Rhaena]

Capítulo 19

CAPÍTULO DIECINUEVE

"No pensarás encontrarte con él"

La voz de Marianne es un susurro a pesar de que se encuentran en la seguridad de su habitación.

"Es una pésima idea," comenta, asintiendo.

Aun así...

Rhaena muerde el interior de su labio. ¿Por qué Corwyn habría pedido verla con tanto secretismo? ¿Por qué insistía en que hablaran? ¿Tenía algo que ver con los planes de su hermana?

"No, no, no," Marianne niega con la cabeza, "No me gusta lo que veo en tus ojos"

"No creo que tenga nada que ver con..."

"El príncipe se volverá loco si se entera," la interrumpe su amiga, "Ya amenazó con hacer daño a ser Corwyn por su cercanía contigo, ¿qué crees que hará si llega a sus oídos que te encuentras con él en mitad de la noche?"

"Lo sé, créeme, lo sé," suspira Rhaena, "Pero dudo que Corwyn quiera hablarme sobre sus sentimientos"

"¿Por qué entonces pediría verte?" inquiere Marianne

Hay un instante de duda.

"Es mejor que no sepas nada," termina diciendo Rhaena, "Créeme, es mejor que no te inmiscuyas en esto. Si es lo que estoy pensando, será mejor para ti no tener idea de nada"

"Tus respuestas no me tranquilizan, Rhaena," Marianne toma sus manos, suplicante, "No vayas, por favor"

"Tengo que," dice, "Seré cuidadosa, lo prometo"

"Voy contigo"

"No, no, no puedo arrastrarte a esto"

"Pues qué pena," responde con fiereza su dama, "O vas conmigo o no vas"

"Marianne, esto no es un juego y podría ser peligroso"

"Por eso mismo," sigue ella, "Seré tu coartada. Si alguien nos ve, sospecharán menos de dos damas nobles. Si hacen preguntas, diremos que no podías dormir por los nervios de la boda y que te acompañé a dar un paseo por los jardines"

"¿Estás segura?"

"Ya te dije. O vas conmigo o no vas"

Los ojos miel de Marianne encuentran los suyos y Rhaena lee la decisión en ellos. Al final, agradecida y aliviada, acepta, "Gracias, Anne"

Ninguna de las dos puede hacer demasiado después de eso.

Conforme las horas pasan, ambas están muy nerviosas como para conversar o distraerse con algún pasatiempo, así que simplemente pretenden alistarse para pasar la noche cuando las criadas llegan a ayudarlas.

Al final, Marianne apaga todas las velas en la habitación y esperan en hasta que los ruidos de la Fortaleza disminuyen hasta que solo se escucha el canto de las aves nocturnas.

"Es hora," susurra Rhaena en la oscuridad, quitando las sábanas que la cubren y saliendo de la cama.

En silencio, se colocan las capas oscuras sobre las batas de noche y salen de la habitación. Rhaena agradece en silencio el que nunca le hubieran puesto guardias en su puerta, lo cual hacía mucho más fácil el hecho de poder simplemente recorrer el castillo.

Como es de esperarse, los pasillos se encuentran vacíos, aun así, avanzan con sumo cuidado, teniendo precaución de no dejarse ver por los eventuales guardias que custodian algunas partes de la fortaleza.

"¿Quieres que entre contigo?"

Rhaena considera pedirle que sí, pero sabe que es más prudente que Marianne espere afuera en caso alguien se acerque. Además, no puede arriesgarse a que Corwyn no sea honesto con ella por desconfiar de su dama.