Resentimiento - [Aemond x Rhaena]

Capítulo 5

"No pienso ir"

"Pero es una invitación del príncipe"

"¡Exacto!" Rhaena dice con énfasis, arrugando el pergamino y cerrando sus manos en puños mientras empieza otra vez a caminar, "Puedo declinarla sin ningún problema"

"¿No piensas que se sentirá desairado si así lo haces?" Marianne pregunta apresurándose para colocarse a su lado

"No me importa si así sucede," dice encogiéndose de hombros.

Rhaena se reprocha internamente por haber replicado tan displicentemente y haciendo evidente su fastidio ante la situación a su dama, pero simplemente suspira mientras sigue caminando. Llamar invitación a las palabras que ha escrito el matasangre es ser demasiado indulgente. El príncipe prácticamente ha exigido su presencia, convocándola como si fuese una más de sus criados.

¿Quién se cree que es?

"¿Es por lo que nos contaron lady Blackwood y lady Redwyne?"

"¿Qué?"

"Sí, ya sabes..." Marianne parece avergonzarse, sus mejillas enrojeciendo y su mirada sin poder encontrar la de su señora, "Lo de la tal Alys Ríos"

"Me temo que no comprendo," Rhaena frunce el entrecejo

"Quiero decir..." suspira, "Debe haber sido duro para ti saber que tu futuro esposo tuvo un amorío previo con una mujer"

Rhaena no puede evitar soltar una risita que se transforma en una carcajada.

"Oh Marianne, no, no," replica moviendo la cabeza y todavía riendo, "No me importa en lo absoluto que mi primo haya tenido una amante"

Los ojos miel de su dama se abren cómicamente, su expresión de incredulidad causando a Rhaena mucha ternura, "¿Cómo no? Yo estaría devastada si me enterara de un escándalo de esa magnitud"

"Escuchaste a las señoras," responde, "Está en la naturaleza de un hombre tener amantes. Algunos simplemente son más... discretos sobre esos asuntos"

Su propio padre, piensa Rhaena, había tenido diferentes amoríos. Durante su estancia en Pentos, aún siendo una niña, no habían sido a ella ajenos los coqueteos entre el príncipe canalla y los sirvientes. Y luego, tras su matrimonio con Rhaenyra, sabía que su padre no se había mantenido completamente fiel a su madrastra.

"Bueno, sí, lo sé," admite su dama, "Pero una siempre puede desear que no sea ese su caso ¿no crees? No te gustaría, no sé, ¿que el príncipe Aemond fuera devoto solo a ti?"

Rhaena suelta una risita displicente, "No, no realmente. No me interesa si el príncipe tiene sus distracciones. Nuestro matrimonio es meramente una alianza política, como bien sabes, así que no tengo expectativas de ningún tipo en ese respecto"

Marianne parece examinar su expresión por unos segundos, como si estuviera decidiendo si Rhaena está siendo o no completamente sincera. "Bueno, yo espero poder encontrar un esposo que sea totalmente fiel a mí"

Rhaena no puede evitar sonreír y tomar la mano de su dama, acariciándola suavemente, y asintiendo, "Y así será, estoy segura. Y creo que saber quién sería el candidato perfecto," sin esperar a que la otra chica pregunte, continúe, "Mi primo Daeron"

"Oh no, no comiences otra vez con eso, por favor," pide Marianne, mirando alrededor, como si estuviera asustada de que alguien hubiera oído a su señora

"¿Por qué no? Pienso que serían una unión perfecta"

"Tú solo quieres cambiar de tema," le reprocha la castaña