Resentimiento - [Aemond x Rhaena]

Capítulo 22

"El rey ordenó que fuera a sus habitaciones, alteza"

El corazón de la joven reina empieza a latir con fuerza ante las palabras que acaba de decirle su criada.

¿Qué podría querer su esposo con ella justo ahora? No se había preocupado por visitarla – no que se lo reprochara considerando que está postrado en cama – ni enviar un mensaje después del asunto del bebé. No había pedido que lo visite cuando, seguramente, le habían informado que ya podía valerse por sí misma. Entonces ¿por qué llamar justo ahora? Justo cuando iba de camino al salón real para el banquete tras la boda. Seguramente no podía querer que compartiera su lecho. ¿O sí? No a esta hora... no que eso lo hubiera detenido antes, pero... ya no había razón para que la busque. Ella ya no podía tener hijos, el maestre y las parteras habían dicho que el daño había sido mayor del que pensaban al inicio y no había dejado de sangrar por semanas...

Ellyn se aclara la garganta y cierra los ojos un instante para alejar esos recuerdos. No vale la pena pensar en eso. No ahora. No nunca.

Dando una última mirada al espejo y encontrando su apariencia adecuada, sale de su habitación y camina los pocos metros que la separan de la de su real esposo. Los guardias la saludan con una reverencia y abren las puertas para ella, anunciándola.

"¡Ah, ahí estás!"

Para sorpresa de la reina, su esposo está sentado en su litera de madera, usando regias vestimentas y su corona de acero valyrio y rubíes en la cabeza.

"Alteza," saluda acercándose a él, corazón todavía latiendo fuertemente e intentando no hacer contacto visual con Aegon. No sabe si le gustará lo que encontrará en ellos, "Me mandaste llamar"

"Sí, me pareció mejor que ambos ingresemos juntos al banquete"

"¿Irás al banquete?"

No puede evitar levantar la mirada ante la sorpresa que siente por la noticia.

"¿Acaso no me escuchaste?" el tono de exasperación siempre presente en la voz del rey llega hasta ella. Sus ojos violetas la escanean con una expresión que es mitad frustración y mitad diversión, como si no supiera exactamente qué pensar de ella, "Por supuesto que iré al banquete. Es la boda de mi hermano"

Ellyn no responde, simplemente asiente.

"¿Fuiste al gran septo?"

"No, me sentí un poco indispuesta esta mañana," miente. No le gustan los septos, el olor a incienso ni los sermones de los religiosos. Había tenido suficiente de ellos durante su convalecencia, había escuchado las repetitivas palabras de consuelo y resignación y estaba harta de ellas.

"Por supuesto," Aegon hace una mueca, "Vamos, entonces"

El rey da una orden y cuatro guardias se encargan de levantar la litera. Ellyn se coloca a su lado, caminando al mismo paso que ellos e intentando prepararse mentalmente para lo que la espera.

Su primera vez enfrentando a la corte tras la pérdida del bebé.

No es casualidad que escogiera esta ceremonia donde, espera, todos los ojos estén centrados solo en lady Rhaena y el príncipe Aemond. Donde espera pasar tan desapercibida como una reina puede serlo. Es una idea tonta, tal vez, pero no puede extender más su ausencia de compromisos reales, no a menos que quiera que más rumores empiecen o que, simplemente, quede relegada a ser una figura de adorno más en la Fortaleza.

Como si no lo fueras ya.

Ellyn suspira y levanta la cabeza cuando se abren las puertas dobles del salón, avanzando sin mirar a nadie en particular conforme se dirigen hacia la mesa de honor. Los novios no han llegado aún, aunque la reina viuda se encuentra ya en su lugar, al igual que el príncipe Daeron. Contra su buen juicio, sus ojos se encuentran con los de su cuñado, quien parece tan sorprendido como los demás de verla, aunque una sonrisa se extiende en su apuesto rostro.