Ep. 2: La habitación roja

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Firme el papel, el cual marcaría un antes y después en mi vida, pero ya nada de eso importaba cuando por fin tienes lo que deseas.

Volví a mirarla, ella sonrió y tomó el contrato entre sus manos, lo admiró unos momentos con una sonrisa, para después cerrarlo y  guardarlo en su escritorio. De la nada, se levanta, camina hacia un mueble más grande, dónde había libros y cajones. Ella quedó de espaldas a mí, por lo que no pude ver muy bien que era lo que sacaba de ese cajón. Pero me asustaba.

Dia:-Bien pequeña Hanamaru-. (Un extraño presentimiento se arrinconó en mi pecho. Ella se dio la vuelta, y por fin, pude notar algo entre sus manos, algo que me hizo abrir los ojos sorprendida).-Esto, será tuyo y lo tienes que traer sólo en casa-. (Se acerca a pasos lentos, pero sentía como pisaba el mármol bajo esos zapatos sumamente caros).-Te lo pondré, no te muevas-.

Pero hice todo lo contrario.

Me levanté de la silla y di dos pasos hacia atrás, mientras la miraba.

Dia:-Siéntate-. (Ordena).

Hanamaru:-N...No-.

Ella alzó una ceja y sonríe de lado.

Dia:-¿No?-. (Mi mirada se posaba en ella y después en lo que tenía en sus manos).- ¿Acaso dijiste no?-. (Pase saliva).

Acabo de llegar y ya me quiero ir.

Hanamaru:-S...Señora...-.

Dia:-No soy señora, no soy Kurosawa ni mucho menos jefa...Soy ama-. (Parpadee sorprendida).-Ahora, toma asiento para que te ponga el collar y pueda darte un castigo por haberme dicho que no-.

La miré, sin moverme un solo centímetro. A lo que ella camina a pasos rápidos, me tomo del brazo y me sentó bruscamente en la silla.

Sentí algo rodear mi cuello, pero no de una forma suave, sino de una forma brusca. Estaba ahorcándome con el mismo collar. Lleve mis manos a mi cuello, tratando de infiltrar mis dedos entre mi piel y la tela, para tener un poco de aire, pero era en vano.

Dia:-Fuiste una mala chica-. (Susurra sobre mi oreja, para darle una ligera mordida. Tocí un par de veces cuando aflojó su agarre).

Mis ojos tenían lágrimas, sentí algo en mi cuello y supuse que ya me había puesto el collar, así que me giré un poco para mirarla.

Dia:-¿No me digas? estabas a punto de perder la consciencia-. (Sonríe y yo sólo podía ver lo enferma que estaba para haberme casi matado).

Hanamaru:-No quiero-. (Sollocé).-N...No quiero trabajar para usted-.

Ella sonrió y se agachó a la altura de mi rostro, tomó mi mandíbula y la apretó ligeramente.

Dia:-Demasiado tarde, el contrato fue firmado y ahora eres mi sumisa-.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, mientras ella detallaba cada centímetro de mi rostro, incluso veía el rumbo que tomaba mis lágrimas, hasta perderse en mi barbilla.

Dia:-¿Pensaste que sería buena contigo sólo porque estamos empezando?-. (Pregunta en un tono burlón, apreté mis labios, pero no respondí).-Que ilusa eres-. (Soltó mi mandíbula un poco brusco. Metió la mano a su pantalón, de dónde saco una correa y supe que era para el collar que estaba en mi cuello. Y no me equivoque, ella se agachó un poco y la engancho en un fierro que estaba en la parte de mí nuca).-Vamos, iremos a dar un paseo por la casa-.

Limpie mis lágrimas y me levanté de la silla.

Hanamaru:-S...Sí-.

Ella se detuvo.

Dia:-¿Sí qué?-. (Tragué saliva y contesté).

Hanamaru:-Sí ama-. (Ella sonrió y me guío hacia afuera).

365 días de sadomasoquismo- (DiaMaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora