Ep. 3: Obediencia

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Cuando Kurosawa dijo que regresaría, Hanamaru pensó que realmente lo haría, pero no fue así, al contrario, sólo vino una chica del aseo, le quitó las esposas y le dio ropa decente para vestirse.

Un yukata negro con flores rosa y para finalizar unas calcetas blancas junto con un par de sandalias geta. Al menos está era ropa que lograba cubrir su cuerpo, se sintió relajada y cómoda, excepto por el ardor en sus glúteos a la hora de estar sentada.

Yukiho:-La señora Kurosawa está en su despacho-. (Avisó, Hanamaru mordió su labio inferior).

Hanamaru:-¿P...Podrías...Llevarme con ella? por favor-. (Pidió, la chica asintió y le hizo una seña para que la siguiera y así lo hizo).

Salieron de la habitación, a la cual Hanamaru le había empezado a dar temor, caminaron por un pasillo hasta bajar las escaleras, al llegar a la planta de abajo, la chica le señaló la puerta que estaba antes de llegar al fondo de un costado de las escaleras. Hanamaru no recordaba ni por dónde había caminado el día de ayer.

Hanamaru camino hasta dicha puerta, tocó dos veces y el permiso de entrar se le fue concedido, tomó aire y entró.

Dia se encontraba detrás del escritorio, como la había visto al llegar al lugar por aquel empleo, cerró la puerta despacio detrás de ella, se giró a verla y pegó un pequeño brinco al verla mirándola. Hanamaru agachó la cabeza e hizo una reverencia.

Hanamaru:-A...Ama-. (Aún no estaba acostumbrada a llamarla de dicha forma, incluso se sentía extraña. Ella siempre había usado el termino jefa, pero ahora era muy, demasiado diferente).

Dia:-Siéntate-. (Ordena, Hanamaru asintió, camino hasta la silla enfrente del escritorio y se sentó con cuidado, le dolía su trasero).-Habla-.

Hanamaru la miró rápidamente antes de volver a bajar su cabeza con rapidez, no podía mirarla a los ojos. No cuando esos ojos verdes la intimidaban mucho.

Hanamaru:-Y...Yo-. (Demonios, acababa de entrar a trabajar, si es que podía llamársele de esa forma a un trabajo que conllevaba a el sufrimiento mediante la relación sexual).-Quiero ir al centro comercial, necesito comprar unas cosas-.

Hanamaru se había armado de valor al decir aquello sin tartamudear. Kurosawa la miró, Hanamaru volvió a agachar la cabeza, al ver la mirada profunda de ella.

Dia:-Bien, de todas formas también quería ir al centro comercial-. (Se levanta, Hanamaru la miró, mordió su labio inferior con nerviosismo).

Hanamaru:-Y...Yo quiero ir sola-.

Dia detuvo sus movimientos y la miró.

Dia:-¿Acaso vas a escapar?-. (Sonríe de lado, Hanamaru negó al verla caminar hacia ella. Hanamaru quiso enterrarse en el sofá y volverse una).- ¿Acaso piensas que soy estúpida?-.

Estúpida no, enferma sí.

Hanamaru se mordió la lengua para no soltar algo de lo que después podría arrepentirse. Dia se acerca a ella, dejando su rostro cerca del suyo.

Dia:-¿Acaso piensas que sí sales por esa puerta, no regresaras jamás?-. (El aliento mentolado chocó contra su rostro).

Hanamaru:-U...Usted es muy r...Ruda-. (Dijo, bajando la cabeza. Dia sonrió de lado, hasta soltar una carcajada, Hanamaru alzó la mirada y la analizo).

Dia:-No puedo creer...Apenas vamos empezando y ya estas cansada de mi rudeza-. (Hizo un pequeño puchero, para nada tierno, a la vista de Hanamaru, quién aferró sus manos a las recargaderas del sofá).-Hagamos algo más rudo, entonces-.

La tomo del brazo, haciéndola levantarse, sus manos tersas y suaves, tomaron el obi del yukata para ir retirándolo, Hanamaru quería intervenir, pero podría ganarse un golpe o un momento de asfixia. Cuando retiró el obi, quitó de golpe el juban, haciendo que Hanamaru sintiera frío y tratará de cubrirse sus pechos y bragas.

365 días de sadomasoquismo- (DiaMaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora