Ep. 8

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Cuando Hanamaru se adentró a la habitación roja, espero ser utilizada una vez más como un pañuelo sucio y fácil de usar, pero en vez de eso, se sorprendió al ver a Dia, sentada en la cama con sólo su pantalón negro de vestir, sin sujetador, algo muy común en ella.

Hanamaru:-A...Ama... ¿En qué puedo ayudarle?-. (Preguntó, bajando la cabeza al estar cerca de ella, dándole respeto).

Dia ladeó su cabeza, y recargo su torso en las palmas de sus manos, las cuales posó detrás suyo y se logró sostener. Miró de arriba a abajo a la pequeña figura que estaba frente a ella, temerosa y nerviosa por lo que ella pudiera hacer o pedir.

Dia:-Debido al error que cometí el martes, estoy dispuesta a dejarme manejar a tu antojo-. (Hanamaru rápidamente alzó la cabeza y miró con ojos sorprendidos a Kurosawa. Y es qué, quizás ella aún no lo sabía, pero Dia reparaba sus errores, no con dinero, sino con un trato justo que ella estaba dispuesta a otorgar a la persona dañada).

Hanamaru aún miraba sin poder creerlo del todo, empezaba a creer que Dia se había vuelto loca, y que quizás, aquella es una de las razones por las cuales la golpeó ferozmente, aparte del mal carácter que se cargaba. Su mirada divagó un momento en los látigos que ella había usado en ella de manera peligrosa y dolorosa.

Dia sonrió de lado y miró a donde ella miraba de reojo, regreso su mirada a ella y sonrió aún más.

Dia:-Anda, trátame justo como yo te trato a ti-. (Ordena con voz neutra).

Hanamaru:-N...No sé, si sea lo correcto, ama-. (Menciono, sintiéndose insegura. ¿Será que le está poniendo una trampa y cuando ella piense que quizás pueda tratarla y mostrarle un poco del mismo dolor que sintió, ella se dé cuenta de lo que ella quería hacerle? la castigaría lo más seguro.

Dia:-No debes de creer nada, tú sólo hazlo, es una orden-. (Su tono de voz empezó a mostrarse molesto, causando un poco de miedo en Hanamaru, quién se encogió en su lugar).-Toma eso y regresa aquí-. (Hanamaru miró el fuete de que estaba en un carrito de metal, dudó en ir, pero no quería que Dia se molestará, así que, con pasos inseguros, camino hasta dicho carrito y tomo aquel fuete por el grueso palito de manera que estaba sosteniendo aquel pequeño dobles de cuero. Que causaba mucho dolor).

Hanamaru regreso hasta enfrente de ella, quién sonrió al ver cómo ella miraba el fuete. Se enderezó sobre su lugar y mostró su pecho a Hanamaru, quién negó al saber lo que ella estaba queriendo decir con aquel movimiento.

Hanamaru:-N...No creo ser capaz de...-.

Dia:-¡Hazlo!-. (Hanamaru pego un brinco en su lugar, cerrando la boca al instante).-Te juro que si no lo haces, voy a hacértelo a ti y te ira muchísimo peor que la última vez-. (Amenazó, Hanamaru mordió su labio inferior con fuerza).- ¡Maldición, te voy a...! ¡Joder!-. (Aquel exclamó sonó como un gemido).

Había sido golpeada por Hanamaru, justo en un bícep, aquel que empezaba a colorearse de un rojo y marcarse de las orillas donde el fuete fue pasado.

Hanamaru:-¿E...Está bien?-. (Preguntó, mirando la marca recién hecha con el artefacto).

Dia abrió los ojos y asintió.

Dia:-Continua-. (Hanamaru la miró a los ojos unos minutos, recibiendo una sonrisa de Dia, y aquello, fue lo necesario para que Hanamaru levantará el fuete y lo estrellara con fuerza en el otro bícep, dejando una marca igual).-Vamos, sé que puedes hacerlo mejor-.

Hanamaru tragó saliva un poco curiosa por lo que aquella fuerte mujer podía soportar.

Hanamaru:-Acuéstate, por favor-. (Pidió la pelicastaña, sintiendo sus mejillas arder por decir tal orden).

Dia sonrió y asintió, pero antes, se encargó de quitarse el pantalón, quedando sólo en boxers, subió gateando a la cama y se acostó en medio de esta, mirando las acciones de Hanamaru, quién hoy, llevaba puesto una sudadera rosa que cubría perfectamente su abdomen, mientras que sus piernas quedaban un poco descubiertas por la pequeña falda blanca que había elegido hoy, junto a unas medias blancas con un moño pequeño blanco, al final de dichas medias.

Hanamaru se subió a la cama y se posó arriba suyo, se sentó sin cuidado alguno en su entrepierna, sacándole un jadeo, que no logro expresarlo como quería y le hubiera gustado, ya que soltó un gemido y jadeo aún más fuerte, debido al golpe que recibió por sus costillas.

Dia:-Sabes cómo hacerlo, ¿eh?-. (Hanamaru le devolvió la sonrisa).

Hanamaru:-También sé hacerlo, ama-. (Sonrió, dejando un poco anonada a Dia, quién no había visto aquella sonrisa tan bonita por parte de Hanamaru).

Pero dejo de apreciarla cuando otro golpe fue dado, está vez, siendo más fuerte y justo en su hombro. Hanamaru, en un rápido movimiento, bajo el bóxer de Dia, importándole poco tener la mirada sorprendida de ella sobre suyo. Flexionó una pierna, y saco su braga de una sola pierna, dejando sólo un lado puesto, hizo a un lado aquella prenda y tomo el miembro de Dia, guiándolo a su entrada y dejándose caer de golpe, sacándole un gemido a Dia y a ella.

Hanamaru echó su cabeza hacia atrás y dejo escapar un agudo y fuerte gemido, mientras las palmas de sus manos se recargaban en el fuete y muy marcado abdomen de Dia. Las embestidas no tardaron en llegar, Dia flexionó sus piernas y empujaba su pelvis hacia arriba, haciendo que Hanamaru se recostara un poco en su pecho y fuera penetrada con fuerza por ella.

Dia miró el rostro extasiado d ella, cuando una idea cruzó por su cabeza.

Dia:-Asfíxiame-. (Pidió, sin dejar de penetrarla, Hanamaru negó con la cabeza, aún en medio de su placer que recibía. ¿Cómo podía pedirle aquello? ¡podría matarla si aplicaba mucha fuerza!).-¡Joder, hazlo!-.

Hanamaru miró el rostro molesto de Dia, así que no le quedó de otra que obedecer su pedido. Sus manos recorrieron su pecho hasta llegar a si cuello, el cual rodeó con sus dedos y empezó a presionar un poco, sin querer lastimarla realmente.

Dia:-Más fuerte-. (Ordena, levantó con fuerza su pelvis, haciéndola jadear y gemir al instante. Debido a esto, Hanamaru se sintió aún mas excitada y quiso liberar d alguna forma aquella excitación y bueno, apretó aún más fuerte el cuello de Dia, quién abrió su boca en busca de un poco de aire).

Las piernas de Dia se estiraron y ahora, fue Hanamaru quién flexionó las suyas y empezó a embestirse por sí sola. Dia trataba de aguantar lo ms posible, pero cuando notó que Hanamaru no tenía idea de soltarla, posó sus manos en las muñecas de ella, tirando de estás, pero fallando en el intento, pues la falta de aire, había dejado sin fuerzas sus extremidades.

Justo cuando pensó que se desmayaría por aquel agarré, una liberación hizo que su espalda sintiera escalofríos, su vientre apretó con fuerza y soltó con la misma, sintió tanto placer que incluso, no supo cuando Hanamaru la había soltado finalmente, disfrutando de aquel poderoso e inigualable orgasmo.

Miró a Hanamaru, quién trataba de tomar aire y mantenerse tranquila encima suyo.

Y sintió un latido en su frío y tosco corazón, uno que sufrió una pequeña partitura, al ver a Hanamaru de esa forma.

Y un miedo se apoderó de ella.

Y un miedo se apoderó de ella

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Continuará......

365 días de sadomasoquismo- (DiaMaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora