Ep. 14

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Nico:-¿Dónde está tú querida, cielo?-. (Dia suelta un suspiro y mira un momento a su progenitora, quién no había dudado en ir a su casa, tras enterarse de que Hanamaru, la novia, futura esposa y madre de sus nietos, estaba triste y deprimida por haber perdido a su único familiar).

Dia:-Esta en la habitación, pero, ¿qué haces aquí? ¿mamá sabe que ibas a venir?-. (La mujer bufó y acomodó su bolso en el brazo).

Nico:-Tu madre puede decir misa, pero yo doy las hostias, así que hazte a un lado, dile a la cocinera que nos llevé unos tés calientes, has algo bueno-. (Dia bufó y vio a su madre subir las escaleras y caminar hasta su habitación, en dónde Hanamaru se había instalado hace unos días, Dia ya había visto venir esta escena y no tuvo de otra que hacer que Hanamaru también estuviera en su habitación).

Mientras que en la parte superior de la casa Kurosawa, una mujer abrió la puerta y sonrió un poco triste al ver una figura acostada en la cama, cubierta con mantas y dándole la espalda, miró un poco indecisa las cortinas, las cuales, permanecían cerradas, creando un ambiente solitario y lúgubre. Hizo una mueca y camino decidida hacia la tela, abriéndola de par en par, dejando que una luz iluminará la habitación y también, causando que Hanamaru se reincorporará y mirara sorprendida a la madre de Dia; Nico.

La mujer la miró con una sonrisa suave y no dudo en caminar hacia ella y sentarse a la orilla de la cama, mientras que Hanamaru, recargaba su espalda en la cabecera.

Nico:-Hola cielo, ¿cómo estás?-. (Preguntó, estirando su mano y acariciando su mejilla).

Hanamaru:-Señora Kurosawa, no sabía que iba a venir, me levantaré y prepararé algo para comer-. (Hizo el ademán de quitar la cobija de su cuerpo y levantarse, pero Nico se lo impidió, empujándola suavemente por los hombros y volviendo a cubrirla con la manta).

Nico:-No es necesario linda, necesitas descansar-. (Hanamaru parpadeo confundida).-Dia me comentó lo sucedido aquel día, me quedé muy preocupada y le insistí para que me dijera, al final lo hizo y quise venir a verte-. (Hanamaru miró la suave y melancólica sonrisa que le brindaba, haciéndola sentir triste de nuevo).

Hanamaru:-N...No debió de molestarse-. (La voz de Hanamaru sonó rota, causando una tristeza también en Nico, quién no dudo en acercarse mas y atraparla en un abrazo, haciéndola romper en un desconsolado llanto).

Nico:-Tranquilízate cielo, sé que duele y probablemente lo haga toda la vida, pero quizás ella no quiera verte de esta manera...No sé mucho sobre tu situación familiar, pero sé que ella era lo único que tenías, y me da mucha tristeza que una persona tan linda, amable y alegre como tú, está pasando este tipo de situación, realmente también me duele y comparto tu dolor. A veces, sólo necesitamos un poco de compresión, amor y un hombro para recargarnos y descansa de lo difícil que es la vida-.

Todas aquellas palabras hicieron que Hanamaru llorara más y soltará finalmente aquel nudo de tristeza y lágrimas retenidas, porque estaba siendo comprendida finalmente.

Mientras que Nico, acariciaba el cabello de Hanamaru, miraba hacia la puerta, sus ojos haciendo contacto con los de su hija y soltando aquellas palabras, como si estuviera dándole esas palabras a ella.

Mientras que Nico, acariciaba el cabello de Hanamaru, miraba hacia la puerta, sus ojos haciendo contacto con los de su hija y soltando aquellas palabras, como si estuviera dándole esas palabras a ella

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-¡Buenas tardes, jefa!-. (La mujer alta, pálida y portando un traje sumamente caro y elegante, saludo a los empleados, mientras a su lado, iba su asistente, revisando asuntos pendientes en su portátil).

Umi:-¿Ya les depositaste su salario?-. (Preguntó, entrando al elevador y manteniendo aquella aura agradable y animada de siempre).

-Acabo de hacerlo, señora-. (La mujer asintió y espero en silencio a que el elevador terminara de subir).-Señora, respecto al asunto que me mandó a investigar...-.

Inmediatamente su expresión pasó de alegría a sorpresa, curiosidad, temor y un poco de melancolía.

Umi:-¿Encontraste algo?-. (Pregunta rápidamente. La secretaria asintió con una media sonrisa).- ¡Dímelo, dímelo!-.

Las puertas se abrieron y la mujer salió del levador, jalando con fuerza y prisa a su fiel secretaria, ambas saludaron rápidamente a su otra secretaria, la cual estaba fuera de la oficina de la jefa y sonrió al verlas apuradas).

La mujer entro, hizo entrar a su secretaria y cerró la puerta con seguro, se giró y miró expectante e intrigada a su fiel trabajadora.

Umi:-¿Qué averiguaste?-. (Preguntó).

-Bien, le diré, pero no se vuelva loca por la información, ¿está bien?-.

Umi:-¡Sí, sí, ya dímelo, rápido!-.

La secretaria soltó un suspiro y formó una sonrisa.

-Su hija está viva-.

Y aquello, era una excelente noticia-.

Continuará..........

365 días de sadomasoquismo- (DiaMaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora