Ep. 1: Contrato

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Sr. Fujiwara:-Ten-.

Hanamaru:-Oh, ¿qué es esto señor Fujiwara?-. (Lo miré, tratando de no hacer algún gesto que saliera como alguna mueca de decepción).

Sr. Fujiwara:-Es tu liquidación-.

Hanamaru:-P...Pero...Señor-.

Sr. Fujiwara:-Lo siento, el bar va a cerrar por problemas económicos. Sera mejor que busques trabajo en otro lugar Hanamaru, lo siento mucho y...Suerte-. (Hace una reverencia, se da media vuelta y se va).

Suelto un suspiro, realmente tengo ganas de llorar, pero sí lo hago, mis lágrimas no se convertirán en dinero, así que debo empezar a buscar algún otro empleo. Necesito ese dinero.

Terminé mi última jornada de trabajo, colgué mi bolso de tela en mi hombro, mientras que empezaba mi deprimente caminar por la vereda, dónde algunas personas caminaban de la mano con su pareja o incluso, jugaban entre ellos. Risas por aquí y por allá, mientras que yo, me hundía poco a poco, en mi miseria. Sabía de antemano que yo no estaba lista para ese tipo de relaciones, y más sí tengo una prioridad primero.

Mi abuela.

Mi dulce y pobre abuela, la cual la edad empezó a pasarle la factura, el alzheimer empezó a atacarla hace un año, y desde entonces muy pocas veces me recuerda, incluso me ha llegado a desconocer por completo, arrojándome cosas para que me vaya. Es triste, y muy deprimente. No tuve de otra que internarla en un asilo, dónde la ayudan y median para que esa enfermedad no la lleve más allá.

Suelto un suspiro, y entró a mi pequeño y muy deteriorado edificio, el cual está a punto de caerse a simple vista. Ni siquiera me molestó en tratar de tomar el elevador, ya que no sirve y ni lo hará.

Agradezco mucho que mi apartamento este en el segundo piso, abrí la puerta de mi departamento y entre, cerrándola después de mí, colgué mi bolso y camine hasta mi sofá, un sofá desgastado con uno que otro alambre suelto. Realmente estoy arruinada. Mi teléfono vibra, ya que ha llegado un mensaje. Lo tomó y lo veo.

Hanamaru:-Cielos, lo olvidaba-.

Sí, la renta está a una semana a aspirar y realmente no sé de dónde voy a sacar dinero ahora. Y prostituirme no es una opción.

Siento mis ojos llenarse de lágrimas, tengo que tranquilizarme y pensar con calma. Tomó mi teléfono y empecé a buscar por medio de internet algún trabajo. No sabía con exactitud cuándo había sido la última vez que comí bien y una comida decente. Odié eso con mi vida, pero puedo aguantar hambre por ella, por mi abuela.

Hanamaru:-¿Qué es esto?-. (Piqué un anuncio que me salió).- ¿Pagan en dólares?-. (Abrí los ojos sorprendida, no dude y entré).

Se requiere mujer entre 20 a 25 años de edad, soltera, con disponibilidad de horario, sin hijos y que pueda vivir en el lugar de trabajo, el sueldo es de 3 millones de dólares, llamar a este número en caso de estar interesada y tener los requisitos...

Comenzar desde el principio.

Abrí la boca, realmente esto me interesaba.

Copie el número en una libreta vieja, para después marcarlo en mi teléfono.

Hanamaru:-Oh... ¿Hola?-.

¿?:-Dígame-.

Hanamaru:-Uhm, habló sobre el anuncio que vi en una página de internet-.

¿?:-Oh, claro, dígame su nombre completo, edad, lugar de origen, fecha, cumpleaños, peso y altura, por favor-.

Hanamaru:-Sí, uhm...Me llamo Hanamaru Kunikida, tengo 21 años recién cumplidos, soy originaria de aquí de Japón Numazu, mi cumpleaños es el 4 de marzo, peso 48 kilos, y mido 1,52-.

365 días de sadomasoquismo- (DiaMaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora