Ep. 36

105 9 4
                                    

Cuando leas esta carta, probablemente yo ya no esté, planee mi muerte desde hace mucho tiempo y no puedo decir que me arrepiento porque no es así, no podía seguir siendo cruelmente atacada por esta enfermedad, olvide muchas cosas, pero jamás a ti, mi preciada nieta, mi preciada niña...Quizás estés en confusión en este momento, pero puedo explicarte las cosas, tengo mucho tiempo de ahora en adelante.

Hanamaru, yo jamás tuve ninguna enfermedad mental, ni siquiera de dolencias en los huesos o de alguna parte de mi cuerpo, simplemente se me olvidaban algunas cosas, pero eso es normal, ya no soy tan joven como para poder soportar tantos recuerdos, algunos ya se pulverizaron con el paso del tiempo, pero tú rostro, jamás podrá borrarse de mi memoria, eres tan idéntica a tu madre que algunas veces en mis delirios, te desconocía y pensaba que eras ella, pero muy en el fondo de mi cabeza y mis recuerdos, sabía que eras mi pequeña Hanamaru.

Lamento muchas cosas, la principal, haber sido una carga para ti durante mucho tiempo, es por eso que decidí librarte de mí carga, quizás vayas a estar muy triste, pero sé que seguirás adelante y podrás formar la familia que siempre quisiste, la que de pequeña me contabas y soñabas con tener; espero que sea así en el futuro, de lo contrario, no podré vivir en paz.

También me lamento por no haber podido hacer nada cuando tu madre dijo aquellas palabras que quizás tú no escuchaste, porque eras una pequeña bebé recién nacida, también me lamento no haberla detenido cuando salió en su auto muy enojada conmigo y quiso salir a despejarse, dejándome a tu cargo unos momentos, ella no quería que estuvieras en su alrededor cuando estaba enojada; quizás hubiera sido diferente sí ella no hubiera muerto, pero creo que no hubiera sido así, de todas formas, ella negaba el hecho de que pudieras saber la verdad.

Fui tan cobarde que yo tampoco pude decirla, me sentía culpable de la muerte de tu madre y lo último que podía hacer, era guardar el secreto y mantenerme en silencio, criándote como ella lo hubiera hecho, pero, ¿sabes una cosa, mi niña? Es más cobarde de mi parte tener que escribirte una carta por no poder decírtelo en la cara.

Tu madre quiso que jamás supieras que tu otra mamá, está viva y que ella no quiso hacerse cargo de ti, ella terminó con ella porque le propuso que abortará y que sin importarle, la dejó ir, tu madre estuvo muy triste por mucho tiempo, y lo único que la mantenía con vida, eras tú .La pequeña niña que crecía en su vientre y del fruto de un amor que no pudo ser, pues cuando ella tenía cuatro meses de embrazo, ella se casó con alguien más y tuvo el descaro de invitarla a su boda, pero ella no asistió, al contrario, las dos nos fuimos de la ciudad, dejándola en Tokio sola y con su matrimonio.

Tu madre sólo quiso lo mejor para ti, cuido de ti y te dio su apellido, porque no pensaba en dejar que esa buena para nada tuviera algún derecho sobre ti y menos cuando no quiso hacerse responsable. Quizás ya haya llegado a la parte donde tengo que decirte su nombre, porque eso es lo único que me mantendría en una paz absoluta, no quiero tener este peso en mis hombros, quiero que también sepas la verdadera historia.

Sonoda Umi, es tu madre y la persona a la cual tu mamá amo más que a ella misma.

Y ese fue su gran error.

Hanamaru dejo salir todas y cada una de sus lágrimas, sintió una fuerte presión en el pecho y los recuerdos que pasó junto a la señora Sonoda, desde las palabras que le dijo sobre su hija, sobre que no la conocía a ella, sobre que la odiaría, y después, estaban las palabras que ella le dio en consuelo, las palabras que ella misma se estaba repitiendo en su cabeza.

Se levantó rápidamente, tomó un abrigo y se puso sus zapatos lo más rápido posible, sus ojos se hallaban irritados y rojos, llenos de enojo, odio y tristeza.

Bajo las escaleras rápidamente, topándose con Nico, quién portaba un mandil blanco con algunas manchas de chocolate y una sonrisa leve.

Nico:-Oh, ¿vas a salir?-. (Preguntó, pero no recibió respuesta, al contrario, simplemente vio una hoja caer en bolita al suelo, para después, cerrar la puerta con fuerza, asustándola).- ¿Qué sucedió?-. (Nico se agachó y tomó la hoja, desenvolviéndola y leyendo rápidamente lo que decía y entonces, supo que debía avisarle a Dia).

Corrió hasta la cocina, dónde estaba su teléfono y marcó el número de Dia.

Dia:-¿Qué sucede, mamá?-.

Nico:-¡Olvida lo que sea que estés haciendo, tienes que venir rápido a casa!-. (Gritó, alarmando inmediatamente a Dia).

Dia:-¿Qué sucedió? ¡¿Le pasó algo malo a Hanamaru?! ¡Dime!-.

Nico:-¡Nada de eso! ¡Hanamaru leyó la carta que su abuela le dejo, dónde revelaba que su madre estaba viva y que es Umi!-.

Mientras que del otro lado del teléfono, Dia maldijo en voz baja, le entregó la tabla de unos diagramas de la planta a su trabajadora y salió corriendo de ahí, esperando no legar tarde al encuentro revelado de Hanamaru y Umi.

Mientras que del otro lado del teléfono, Dia maldijo en voz baja, le entregó la tabla de unos diagramas de la planta a su trabajadora y salió corriendo de ahí, esperando no legar tarde al encuentro revelado de Hanamaru y Umi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Continuará.........

365 días de sadomasoquismo- (DiaMaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora