[3] I Hate You, Don't Leave Me (Saga: Out Of The Woods)

Capítulo 8

Eliot

Mire por la ventana de mi habitación y observe el paisaje, lo memorice: filas de arboles, nubes pasando, pájaros volando, todo eso siendo abrazado por el sol de media mañana.

Llevaba horas despierto, luego de una pesadilla siempre me es difícil volver a dormir. Despierto sudado, asustado y con una enorme sensación de vació en mi pecho. No hay nada que calme la sensación y tampoco hay que me quite las pesadillas. No siempre son iguales pero tratan sobre lo mismo: soledad. Cada noche veo lo solo que estoy y como podría empeorar. Es doloroso incluso ponerme pensar un poco en ello, a veces me niego a querer verlo porque solo empeoraría las cosas para mi. Me niego a aceptar que nunca nadie me querrá.

Me siento en la cama y escondo mi rostro entre mis manos. Hago lo mejor que puedo para ser el tipo de persona que cualquiera podría querer, o simplemente, intento ser alguien con quien a cualquiera le gustaría estar pero no parece suficiente. Hay personas en el pueblo que me aprecian y confían en mi, Joy es una de ellas, es mi mejor amiga desde hace tiempo y la quiero porque sé que ella también lo hace pero no es suficiente. El vació continua allí, ¿entonces que es lo que tengo que conseguir? Porque sé que por mas que intente jamas conseguiré la aprobación y el cariño de mi familia. Ellos no me quieren, siempre hacen como si no estuviera ahí. Como si no existiera, para ellos no soy nada, ni siquiera les preocupa a donde vaya o si ellos salen de viaje por semanas enteras no les importa como me sienta, no les importa si me siento solo o si estoy feliz de que ellos tengan oportunidad de viajar cuanto quieran. No me ven, soy invisible para ellos y siempre lo fui. No hago nada al respecto, pero no me gusta pasar tiempo en esta enorme y fría casa siempre que puedo me la paso en cualquier otra parte pero no aquí.

Y sera mejor que comience a salir de la cama porque hoy tengo trabajo que hacer. El señor Finngen me pidió que lo ayudara a pintar su casa y por supuesto acepte. Cualquier cosa menos estar aquí.

Me vestí, utilice el baño y salí de la habitación. En el piso de abajo estaba mi familia reunida alrededor de la mesa tomando el desayuno. Nadie habla, ni mira. Solo están concentrados en sus desayunos, periódicos, teléfonos celulares y cualquier cosa que pareciera mas interesante. Parecía algún tipo de cárcel en donde todos eran obligados a permanecer juntos contra su voluntad porque nadie en esta casa parecía feliz de estar allí.

Nadie levanto la mirada a mi cuando me acerque a la mesa y tome algunos bocadillos, me serví algo de chocolate caliente y lo bebí. A diferencia de ellos, yo si los observe y si me tome un momento para pensar en como se sentían al estar aquí.

Mi padre estaba sentado al extremo de la mesa con el periódico entre las manos, es un hombre mayor, serio, alto, ancho y de voz gruesa, se podría decir que es algo intimidarte. Tantos años de trabajo hicieron estragos con su imagen, su cabello rubio es casi completamente blanco, su piel esta arrugada y agrietada, y sus ojos azules lucen agotados. Nunca vi una sonrisa en el rostro de mi padre y no creo que la vea.

Mi madre esta sentada a su lado haciendo quien sabe que en su teléfono celular ultra moderno, ella también es mayor (mis padres se llevan tres años de diferencia), pero siempre supo como mantenerse, es alta, delgada, delicada y femenina. Su cabello rubio es largo y lacio, su piel se ve casi perfecta excepto por las arrugas inevitables que trae consigo la edad.

Mis padres a pesar de sus años aun lucen apuestos y capaces. Imponentes, como si pudieran derribar montañas.

Mis hermanos estan divididos a los lados de la mesa, Eliza, Lucian, Katherine, por un lado y del otro lado, junto a mamá estan Jefferson, Clare y Benjamin. Ese es su orden por edades, yo soy el menor. Cada uno esta ocupado en algo diferente en sus aparatos tecnológicos, cada ves que están en la casa los veo pasar largos ratos atrapados mirando esas pantallas y no los entiendo. Hay un inmenso mundo lleno de vida allá fuera y ellos prefieren pasarse horas mirando una fría pantalla.