𝐓𝐞 𝐛𝐮𝐬𝐜𝐨 𝐞𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 ; 𝐉𝐮𝐚𝐧 𝐌𝐢𝐫𝐚𝐧𝐝𝐚¹

𝐅𝐢𝐟𝐭𝐞𝐞𝐧

𝐉𝐮𝐚𝐧.

Sentado en las hamacas del jardín de mi casa estoy.

—¡Juan! —me llamo mi padre desde la cocina.

—¿Qué?

—¿Vas a cenar ya o que? —me preguntó.

—No tengo ganas de comer, papá.

—Como quieras, tú madre y yo nos vamos a dormir ya, buenas noches hijo.

—Adiós papá.

Hacía frío,mucho frío,por eso estaba con sudadera en el jardín.

Ayer vi que Alba estaba de fiesta con gente y lloré al ver que ella estaba bien y yo echo una mierda.

Mire al cielo y recordé sus palabras.

"Cuando yo no esté,búscame en las estrellas".

Y así hice.

Mire para arriba y me quede mirando las estrellas pensando en ella mientras lloraba por ella.

—¿Que te pasa? —escuché la voz de mi hermana Elena sentándose a mi lado.

Me seque las lágrimas rápidamente y hablé.

—Nada.

—Estabas llorando Juan, no soy tonta.

—Es Alba...

—¿La de ayer?

—Sí.

—¿Que le pasa a tu mejor amiga? —me tocó ella el pelo.

—No es mi mejor amiga, es mi novia.

—¿Qué? Espera ¿que? ¿Y Nuria? —quito ella la mano rápidamente de mi pelo.

—Ese es el problema,Nuria,la he dejado esta mañana.

—¿Por qué? Es muy buena y me cae bien.

—¡Porque me gusta Alba joder! No me entendéis,que me gusta la fotógrafa y la responsable de las redes del club,¡que me tiene loco de los pies a la cabeza!

—Relaja niño. Fea no es,es más guapa que Nuria es. Pero la has cagado bien hermano,deberías de haber dejado a Nuria y luego ir a por Alba.

—Anda Elena,no sabía que la había cagado y ahora ninguna de las dos quiere verme —me puse las manos en la cara.

—Bueno, me voy adentro que hace frío, hasta mañana Juanito —me dio un beso en la mejilla cuando se levantó.

—Adiós Elena.

𝐀𝐥𝐛𝐚.

Hacía un día horrible,había truenos y tormentas.

Me extraña que aún no hayan cancelado el entrenamiento con la que esta cayendo,pero igualmente estoy arreglándome mientras lloro.

¿Por qué a mí?

Yo le quiero,pero yo a él se la sudo.

Haría lo que fuera por volver con el.

Estaba apunto de maquillarme cuando me sonó una notificación de WhatsApp.

"Se cancela el entrenamiento".

Al fin lo dicen.

Me puse el pijama de nuevo y me fui al sofá que es mi mejor amigo a llorar.

Escuché el timbre y me asusté.

No mire ni por el pinganillo y abrí la puerta dejando ver a Juan empapado y con la ropa de entrenamiento.

Sin pensármelo dos veces,lo abracé.