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11 meses sin saber de los gemelos.
M

e encontraba delante de mí portátil y mi celular decidiendo si entrar a mis redes sociales, hacia meses que no utilizaba alguno de ellos ya que no quería saber mucho sobre el mundo exterior... ¿O de él?
Y ahora estaba aquí, convenciendome de que quizá debería desbloquearlo.

Suspiré cerrando y volviendo a guardar todo en uno de mis cajones.
Y de pronto la vi, la tomé entre mis manos y la observe, una de las sudaderas de Tom. La pegue a mi rostro pero no olía a él.

Termine guardando todo otra vez y salí de mi habitación.

****

Un año y 2 meses sin saber de los gemelos.

Cada vez ne encontraba con más carteles donde Bill modelada desde maquillaje hasta marcas de ropa. Había tenido ya varias entrevistas en editoriales pero ninguna me llamaba la atención.
Solo una, pero se encontraba en New York, lo cual solo deje pasar sería imposible que yo fuese hasta allá, tan lejos de todo.

Esta vez me encontraba encendiendo mi portátil. Suspiré mientras mi mano temblaba al poner mi contraseña que por suerte había escrito en una de mis libretas.
De fondo apareció una foto de... Tom, en esa foto tenía rastas.

Toque mi cuello sonriendo como una estúpida

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Toque mi cuello sonriendo como una estúpida.
Se veía tan distinto a las últimas veces que lo vi. Se veía tan alegre, con energía...
Trague saliva y entré a un documento que había guardado como TK&EG

Estaba cargando cuando escuché un golpe desde la planta baja, y un quejido.
Era mamá...

Deje el portátil en la cama y baje a toda prisa. Entonces la vi, estaba tirada en el piso mientras se quejaba del dolor.

—Madre, ¿Qué pasó? ¿Estás bien?

Ella hizo una mueca de dolor mientras intentaba sentarse con mi ayuda. Note como aguantaba la tos y vi su pañuelo tirado a unos metros de nosotras, me puse de pie para tomarlo pero para mi sorpresa termine tirandolo nuevamente.
Había sangre en él.

—Emma... no es importante, estoy bien.

No podía ni siquiera respirar.

—Porqué no me dijiste lo enferma que estabas...

Mi voz salio más dura de lo que creí, las lágrimas comenzaban a asomarse.

—Emma... estoy bien, yo no quería preocuparte.

—¿Bien? ¿Crees que toser sangre está bien? Por eso siempre escondias todos tus pañuelos...

Note como comenzaba a llorar mientras se abrazaba así misma. No pude enojarme con ella... no ahora.
Me acerqué a ella y la abrace.

—Perdóname... solo no quería darte más molestias —dijo entre sollozos y yo era un mar de lágrimas.

—Por dios mamá...

𝗔𝗩𝗘𝗥𝗦𝗜𝗢𝗡 |Tom Kaulitz|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora