Si me hubiese visto años atrás no me lo habría imaginado.
Ahora yo era la editora en VOGUE ya que les había encantado mi trabajo. Paseaba por las calles de New York con mi café frío en la mano y en la otra mi bolso Chanel camino al trabajo, tendría varias entrevistas para los nuevos modelos de las marcas.Habían pasado 5 años...
Fuera de casa, lejos de mamá, lejos de Bill y sobre todo lejos de Tom. Y aún seguía recordandolos.
Años en los que me conocí a mi misma, años difíciles pero ahora era dueña de mi propia marca de ropa que por suerte les había gustado y para eso eran los modelos. Ojalá mi madre viera todo lo que logré.Extrañaba Londres, ya que New York era bueno para las tendencias pero extrañaba todo ¿O a alguien?
Andy y yo no habíamos perdido la comunicación, ni se diga de Rousse la cual ahora era como mi mejor amiga.
Habíamos hecho una videollamada por haber cumplido mis 24 años. Tom ahora tendría 26.Me encontraba en el elevador escuchando la relajante música cuando las puertas se abrieron dejando pasar a varios chicos, por sus atuendos sabía que eran los modelos. Me llamo mucho la atención de un chico en especial, su ropa, su altura. Era perfecto para mi nuevo lanzamiento de invierno sobre todo su cabello blanco.
No quise verme tan acosadora y seguí leyendo la revista que llevaba en mis manos hasta que volvió a pitar dándome a entender que había llegado a mi destino.—Permiso... ay, muchas gracias —dije pasándolos de largo.
Escuché como alguien venía detrás de mí. Ni siquiera me giré y seguí mi camino, al darme cuenta que iba en dirección equivocada rodé los ojos.
5 años Emma Gastrell y sigues equivocandote, al girarme el chico del ascensor paso por mi lado.Llevaba puestos unos audífonos y lentillas, me paso de largo y bebí de mi café.
Me detuve un momento, y dejé de escuchar también los pasos. Esas cejas... ese estilo.
Me gire lentamente y él también me daba la espalda. ¿Era quien yo cre...—Señorita Gastrell, los modelos ya están en la sala de juntas, iré dándoles las indicaciones.
Me entregó varios papeles y yo asentí al mirar vi que el chico había desaparecido.
—Estos son los nombres y toda su información, desde donde empezaron hasta las marcas que siguen trabajando.
Comenzó a saturar de mucha información, lo de siempre. Así que me encamine hasta mi oficina, al llegar deje mi bolso y abrigo, tome los perfiles y fui hasta la sala de juntas.
Al llegar todos hablaban entre sí. Pase desapercibida, al estar enfrente de ellos los conté. Yo había dicho que 10 y solo eran 9.