NUEVE: Amnesia

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Depredador y presa. La dupla perfecta de la naturaleza. Le debe una explicación, porque Ten ha conseguido modificar su visión de lo que significa estar con John. Un día es la víctima y otra el victimario, amanece como presa y se va a dormir como cazador, lo que es aún peor. No hay modo de apartarse en ese instante, concluye en que por eso John lo sujetó con precaución, él sabía lo que diría y lo que Ten iba a pensar.

Parece que quiere matarlo, luego lo protege y después confirma su instinto asesino.

«Suéltame.»

—No te maté porque quisiera—responde al instante y presiona su agarre. —Era para que ellos no lo hicieran, para evitarte el jodido dolor de ese par. Tú me lo pediste, no querías que alguien más te quitara la vida. No pienses que es algo que deseaba hacer.

Aún así, la respuesta a todo es que John es un asesino, por donde quiera que lo mire, él mató al sacerdote y lo mató a él aunque su memoria le diga que eso no sucedió. No hay justificación para creer lo que dice todo el tiempo, porque John mismo se ha declarado injusto desde la raíz. Y las personas injustas mienten, manipulan, alteran la realidad.

—Yo no lo maté—insiste en arreglar su discurso cuando Ten comienza a forcejear, es obvio que no podrá, pero quiere dejarle claro que no es grato para él. —Sé por qué piensas todo esto, pero yo no maté a ese hombre, no fui yo quien construyó todo el rumor alrededor de la casa. ¿Por qué alejaría a la gente cuando necesito que vengas cada cierto tiempo? Tu casa tiene que ser un lugar seguro, casi estoy seguro de que hubo más de una vez en la que no llegaste aquí porque tenías miedo, por lo que los hijos de Ishtar hicieron para evitar que llegaras.

Tu casa. Mira a John con una expresión difusa, no puede hablar en serio, aquello es un plan infantil mal hecho. ¿Quién va a creerle al mentiroso por excelencia que es John?

—Dime que no eres un asesino.

Porque John solamente niega ese homicidio en específico y eso es aterrador.

—Ten, dijiste que ibas a creer todo lo que dijera.

—Entonces, dilo.

Hasta ahora creía que lo más intimidante de John era su voz grave y cómo su rostro se distorsiona ante la molestia, hay algo mucho peor, el silencio.

—Lo soy tanto como tú—dice finalmente sin mirarlo a los ojos. —Lo hice porque me lo pediste, sólo contigo, de otro modo, no hay forma de que mis manos estén más sucias que las tuyas.

Ten no es un asesino, eso es claro, o por lo menos, hasta ahora. Nunca podría asesinar a alguien, nunca a un ser tan preciado como...

—¿Por qué quieres protegerme? ¿Qué relación hay entre tú y yo para que veles tanto por mí, eh?

Ningún intercambio de favores es gratis, no hay modo de que John sea un ser tan bondadoso si la diosa del amor ha mandado a dos de sus peores hijos a acabar con él, es irracional. Sin mencionar que John se considera a sí mismo injusto y le ha demostrado en más de una ocasión lo sádico que puede llegar a ser. Por otra parte, también puede revelar algo sobre su papel, que los dioses quieran acabar con él podría ir más allá de John si hay una constante que le permite volver a la vida. Algo más profundo en su subconsciente. Si bien, no querer estar solo es una excusa suficiente, Ten no cree que John no pueda escoger a otro ser de la tierra.

Creado para mí. ¿Qué significa eso?

—Un compañero de vida. Mi mejor amigo.

Al salir de su boca, suena tan natural e inocente que Ten deja de insistir en separarse de John. Le ha dado un giro distinto a todo lo que ha sucedido alrededor de esos casi dos meses.

Synenērgy: Teoría de la reminiscencia [JOHNTEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora