DOCE: Yo bajé al Inframundo por ti

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⚠️ Advertencia: Mención de coerción ⚠️
Léase con discreción

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«Nadie ha muerto por un poco de diversión.»

Eso dice la gente, pero Ten sabe que está volviendo de la muerte por segunda ocasión en su vida, dos veces en el mismo mes. Antes habría tenido mucho miedo de lo que la muerte implica, es un alivio saber que no hay nada después de eso y que sigue vivo. Espera que Afrodita no tenga ningún tipo de contacto con Hades porque por ahora es fácil morir en manos de John. Es hasta cierto grado, bueno y placentero.

Restriega sus manos en su rostro hinchado, es bueno despertar tras tantos días. La luz de su linterna ilumina la su habitación con tanta calidez que lo aturde, no debería volver a dormir, pero el ambiente no ayuda en absoluto. Es él es escenario perfecto para seguir en la cama, porque no es posible ignorar lo mucho que duele todo su cuerpo cuando trata de moverse, ¿es una especie de adormecimiento por no moverse en días? Aunque está seguro de que John se encargó de darle un baño y proporcionarle ropa limpia.

Debería comenzar a hacer ejercicio. Tras una serie de dolorosos estiramientos y ser obligado por su vejiga, se levanta al baño, espera no encontrarse mareado porque no debe ser agradable vomitar a causa de la ausencia de comida, también necesita darse un baño por cuenta propia. No hay señal de John, lo que adora mientras cierra su mente ante los acontecimientos anteriores, va a ser muy vergonzoso mirarlo después de todo lo que deseó soñar.

Tiene una explicación para eso, debe tenerla. Se encarga de tratar de bloquear lo que sea que haya en su mente, no más sobre el bendito demonio que se encargó de apagar su libido por más de una hora y mantenerlo vivo en un sueño perpetuo. Aún así, ¿a dónde ha ido? ¿A dónde va cuando se esconde? Espera que no tenga habilidades para hacerse invisible, porque sabe que odia salir de la casa, por motivos que no comprende del todo. ¿Entonces dónde está?

Una vez que logra alejarse de la taza nota que el dolor en su vientre es más intenso de lo habitual, suplica porque no tenga una infección mientras cierra los ojos y comienza a desnudarse, una vez que retira la parte superior de su pijama masajea sus hombros y estira cada músculo adolorido que tiene. La muerte es difícil. Despoja el resto y se mete a la tina esperando que el agua esté caliente y disminuya sus penas. El agua apenas tibia lo obliga a despertar y percatarse de la cantidad monumental de marcas en su cuerpo.

Las náuseas vuelven, no cree lo que está viendo, hay una línea púrpura que divide su cadera, como la que se formaría tras una constante presión contra un escalón, le tiemblan las manos conforme pasa los dedos, ya no es roja, no es reciente. Sigue el camino que extienden los moretones, como los que tuvo en un inicio. Hasta la rozadura que arde al contacto en su ingle. Los dedos marcados en sus pantorrillas, y cómo su talón duele como si alguien lo hubiese tomado con fuerza.

—No—jadea al borde de las lágrimas. No puede ser real.

Pero lo es como los besos que se desvanecen en su espalda y pecho, y las ganas de llorar que lo aprisionan en medio de su caos. Le duele todo tanto, lo que lo lleva a terminar vomitando como si todo lo anterior se fuera por el caño. No lo hace, siguen ahí cada huella y rastro de sus últimos días que no fueron un sueño, sino que una pesadilla en la vida por mil motivos que ni siquiera es capaz de contabilizar y ordenar, es un acto tan atroz por parte de los dos y no llega a otra conclusión que es su culpa, pero no elimina el hecho de que John haya sido un completo imbécil.

Synenērgy: Teoría de la reminiscencia [JOHNTEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora