Maldito Romance: Locos de Amor (#3)

Capitulo 37: Terapia

El silencio que rondaba en la habitación era crudo, pesado y bastante molesto

—Tengo entendido que tanto usted cómo mi abuelo Anthony tienen ciertos negocios juntos... Entre estos hubo uno en particular

<<El compromiso de su hija y mi padre ¿Me equivoco?

—Que niña tan impertinente— dice el anciano con molestia, la cara de Noah me transmite diferentes señales fáciles de interpretar... Tal vez un "deja las cosas como están" o "mejor no hables"

—¿Lo soy?— lo rete con la mirada dando un paso al frente

Benditos sean mis tacones y mi 1.75 de altura porque no me siento tan intimidada con sus tal vez 1.80 que tiene de imponente

—Me agrada esta chica— se ríe finalmente dejándome completamente desconcertada

—Te lo dije, es maravillosa— ahora es Noah quien se ríe un poco avergonzado

Decido guardar silencio hasta que dos golpes en la puerta nos hacen voltear a ver.

Mis padres entran a la habitación totalmente despreocupados puesto que la confianza entre ellos y Noah iba un escalón más arriba pero notando tardíamente que los abuelos, la hermana y la madre de Noah estaban con nosotros

—Vaya, no sabía que tenías visita— habla mi madre intentando calmar el ambiente

Me aleje de Noah para estar junto a mi padre y susurrarle

—Vamos, está con su familia, dejemos que descanse— levanté mi mirada hacia la de mi padre y esos ojos oscuros estaban sobre el abuelo de mi novio

—Mucho tiempo sin vernos Cameron...

—Afortunadamente— respondió él

—Vámonos cariño, tenemos asuntos que atender— mi madre fue quien cortó ese incómodo contacto visual

Él la miró con amor y asintió tomando su mano y saliendo de la habitación

—Fue un verdadero placer conocerlos pero tengo que irme... Tengo un asunto familiar que atender— salí de la habitación sin esperar respuesta. Afuera estaba Tamara junto a Jacob

Ambos me vieron y se acercaron

—¿Por qué mis tíos se van tan rápido?— Tamara me abraza y camina a mi lado

—Gente indeseada está con Noah así que decidieron volver luego— mentí para no hablar más del tema

—Tu y yo debemos ir a un lugar— Tamara me tomó del brazo y me lleva por los pasillos sin decirme una sola palabra

—¿A dónde vamos? ¿Y por qué Jacob no viene?— nos detenemos frente a una puerta blanca con una placa gris en la que posaba un nombre y un título

—Tienes que hablar con un profesional, Rouse, no estás bien, pasaron tantas cosas en los últimos días y nadie se tomó el atrevimiento de traer a un psicólogo. Tienes que liberar está carga que cargas en el corazón, lo que pasó con Santiago y en el viaje... es algo demasiado traumático, solo eres una adolescente— niego ante la idea de hablar con un desconocido hasta que un vago pero existente recuerdo llega a mi

Tenía 8 años cuando mi madre se encontraba en el suelo, no estaba inconsciente, solo lloraba y enrollaba sus piernas con sus brazos... su teléfono estaba a su lado con la pantalla encendida y la voz de una mujer resonaba por todas partes

—Mal momento para que papá no esté con nosotros— susurré

—Laura, debes controlar la respiración y escuchar atentamente mi voz...

—No puedo, ese sueño... lleva atormentando mi vida tanto tiempo...la verdad es está... Una vez que tienen una idea sobre cómo reaccionas a una situación es muy difícil hacerles creer lo contrario... Estoy muerta en vida, estoy caminando sin rumbo fijo y dándome cuenta que mi vida ya no es mía

—Rouse— Tamara me trae devuelta a la realidad en dónde estamos frente a la puerta de una psicóloga

—¿Me acompañas? Tengo miedo— admito

—Estare para ti toda la vida— sus labios dejan un beso sobre mi mejilla y su mano unos golpes sobre la puerta

—Pasen por favor— hablo la voz de la doctora

—Estarás bien... lo prometo...

Pasar por lo que yo pase no es sencillo, pasé mucho tiempo ocultando lo que realmente sentía luego de ser violada por mi ex novio... nunca es fácil, para nadie lo es y yo no soy la excepción... solo supe sobrellevar mejor mis emociones y finalmente estalle al acabar con la vida de mi agresor pero eso no lo sabrá la psicóloga

—Mi nombre es Rouse Evans...

Una joven de 17 años que tuvo una relación con un chico con miles de alertas rojas, una persona tóxica y posesiva, un agresor que no supo entender como mi amor propio era más importante que mi amor por él... no me justifico del todo porque realmente no sentía tanto como tal vez él sí lo hacía... cuando conocí al amor de mi vida mi primera impresión no fue la mejor, no pasó mucho tiempo para darme cuenta como mi afecto por esa persona incrementó y con ese amor también la ira de aquel chico con quién termine de una forma humillante

—No soy una santa... pero tampoco soy la mala de la historia...

De una forma muy retorcida oculte mi dolor y lo lleve al punto en que asesinaría a ese chico que me lastimó de una forma que creo muchos ya conocen... ¿Me enorgullece? Por supuesto que sí ¿Lo volvería a hacer? Absolutamente

—Solo desapareció... no hubo justicia y aunque eso me llena de enojo me alivia que no volveré a verlo

Que irónico... tal vez me convierta en una mercenaria, una mártir, incluso en un monstruo pero de eso se trata... Aún soy joven, soy una mujer joven que tiene el poder de acabar con la vida de cualquiera... es gracioso cómo empezó todo, nunca pensé que llegaría a ser quien soy ahora. Seguramente todos pensaron que sería una voleibolista profesional, estaría en los juegos olímpicos y sería un orgullo para mi familia... alejada de toda la mierda que vive mi familia

—Tengo encima el peso de ser heredera del negocio familiar o ser una jugadora profesional en el país de mi elección...

Aún no he decidido... solo se una cosa...

—No importa cuál sea la elección que tome... el final siempre será el mismo

—¿Y cuál es ese destino del que hablas?— pregunta la psicóloga

—Es simple...

Ser una mafiosa entregada a los bajos mundos o una voleibolista... ahora se que sin importar nada soy y seguiré siendo una estúpida que se enamoró de un chico y ambos se volvieron

Locos de amor

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