No sé cómo lo hice, solo se que tengo al menos dos multas por manejar como alma que lleva el diablo
—¿Noah?— gire mi rostro para ver quién me llamaba y era Laura, la mamá de Rouse
—Señora, ¿Dónde está? ¿Puedo verla? ¿Está bien?— mi respiración era irregular y mis manos temblaban, toda la rabia e impotencia las tenía acumuladas en el cuerpo
—Su padre está en la habitación, seguramente no tarda en salir, puedes subir a verla, es la 415— su voz quebrada por intentar contener el llanto, quería quedarme y consolarla pero ahora mismo solo puedo pensar en Rouse
De camino a su habitación mi teléfono comenzó a sonar
—¿Dónde estás? Dime qué no tuviste nada que ver, pensé que ibas tras Tamara, pensé que era ella a la que usarías— la voz de mi hermana me dejaba bastante claro que estaba llorando
—Nunca haría nada para lástimarla, esto no fue mi culpa, no tengo idea de quién fue pero pagará por lo que hizo
—Menos mal Lobito, menos mal, me has quitado un peso de encima, ahora dime dónde estás
—Hospital San Rafael... No es necesario que vengas, creo que incluso mi visita será inesperada
Colgué la llamada en cuanto llegue, lo primero que ví fue a una Tamara destruida en llanto y a Jacob intentando consolarla, sus ojos rojos y las venas de sus brazos marcadas, seguramente intentando calmar su rabia al igual que yo. No lo pensé mucho y dí dos golpes a la puerta para luego abrirla con delicadeza, un hombre alto con traje estaba junto a Rouse, él se quedó observandome unos segundos hasta que volvió la mirada a Rouse, aquel hombre parecía ser el padre de Rouse, podía notarlo por su cercanía y por la mirada destrozada que llevaba
—Cariño, antes de irme me podrías decir el nombre de...— no se a que se refería solo se a quien se refería
—San... Santiago Delua— respondió Rouse sin siquiera mirarlo, su voz estaba tan ronca, seguramente estuvo gritando ya que la última vez que la ví estabas bien
Cuando su padre finalmente salió me acerque con lentitud, ella permanecía en silencio, no me miraba, solo tenía sus ojos cerrados
—Mirame por favor— susurré
—No quiero, no quiero que me veas así— sollozó ella
Junto a su cama había un tapabocas, lo tome y acerque una silla a la cama para poder sentarme
—Como lo ordene la reina— solté, no sabía si era inapropiado, pero me dió exactamente igual, cubrí mis ojos con el tapabocas y tome su mano antes de perderla de vista
—¿Por qué haces esto? ¿Por qué estas aqui?— con mis dedos acaricié su mano, no sabía porque no podía responder, solo sabía que no me podía alejar de ella, era algo tan jodidamente magnético
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Maldito Romance: Locos de Amor (#3)
RomansaLibro 3 de la saga "Maldito Romance" para leer este libro debes leer los dos primeros ________ Vivir bajo la sombra de la inigualable diseñadora de moda Laura Evans y su amado esposo el CEO de la mayor agencia de entretenimiento es más que tener un...