La risa nocturna de la villana. Episodio I. Verdad.

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 ¿Qué pasaría sí?...

La risa nocturna de la villana.

Episodio I.

Verdad.

Pennel abrió la puerta de la habitación sin importar si Penélope se encuentra decente para recibir una visita. Ella dio un salto de confusión a la repentina intromisión de Pennel.

—Señorita, le presento a su nueva mucama— Pennel, claramente disgustado, se hizo a un lado permitiéndole a Penélope observar a Odette.

Penélope sintió sus mejillas arder en tanto notó la bella mujer vestida de mucama a espaldas de Pennel. Di un paso al frente y me inclinó en señal de saludo. Ante el movimiento, mi cabello azabache perfectamente peinado, se movió.

—Mucho gusto, señorita Penélope. Mi nombre es Odette. A partir de hoy seré su nueva mucama. Encantada de conocerle, señorita.

Ella se sonrojó al escuchar mi presentación impecable. No lleva siquiera veinticuatro horas en el ducado y estos bastardos le han hecho sentir no deseada en el ducado, tendré mucho trabajo que hacer y evitar muchos traumas en mi señorita.

—E—el gusto es mío, Odette— mi señorita me devolvió el saludo, sorprendida por mi apariencia y buen comportamiento... Creo.

—Bien, la dejo a tu cuidado, Odette.

Pennel se marchó sin más, totalmente disconforme con mi decisión de dar un paso al frente y proteger a mi señorita de esos bastardos. Al estar a solas, cierro la puerta a mis espaldas y di un largo y profundo suspiro de alivio.

—Lo siento, señorita. No pude evitar que abriera la puerta cuando aún se encuentra en ropa de dormir— explico cómo disculpa —¿Su gracia preparó ropa para usted? Le ayudaré a alistarse— me ofrezco a ayudarla.

Al ayudarle a vestir me recordó a mis días de universidad en casa de mis padres ayudando a mi madre a cambiar a mi sobrina los días que mi hermana se quedaba de visita en casa junto a mis sobrinas. Mi señorita me recordó a Daphne, la menor de todas mis sobrinas, una niña tan dulce que creció para cerrarse en sí misma por alguna razón. Después de perderme en el recuerdo, finalmente, mi señorita se encuentra lista para conquistar al tarado que tiene por padre.

— ¡Que encantadora luce mi señorita! — El resultado me gustó, bastante.

Sinceramente, no creí capaz de ayudarle a prepararse correctamente. Tengo mayor practica al ayudar al joven maestro Reynold, lo admito, y solo una vez ayude a la princesa Yvonne en su arreglo personal, por lo que no tengo la suficiente experiencia con una chica más allá de mi sobrina. A pesar de ello el resultado me gustó bastante.

—Iré en busca su desayuno, ¿Desea tomarlo en su habitación? — le pregunto por cortesía.

—Oh... ¿No puedo desayunar con padre y mis hermanos? — preguntó Penélope, haciendo un adorable puchero.

No contesto de inmediato. Sinceramente, me preocupa lo que suceda fuera de estas cuatro paredes, demasiado. Pero no tengo el corazón lo suficientemente frío como para romper la esperanza de una niña tan pequeña en busca de amor.

—... Me encargaré de avisarle a su gracia— me inclino por última vez y salió de la habitación.

Me dirijo hacia la oficina de su gracia. En el camino, me encuentro con la mirada de desagrado de más de un sirviente, disconformes con mi decisión. Como sirvienta favorita de Reynold, tengo ventajas, ventajas que eventualmente perderé por elegir proteger a mi señorita.

¿Qué pasaría si?Where stories live. Discover now