🦋Capítulo 43🦋

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¡El primero y el único!
Emma

Acomodo una pierna encima de la otra y tomo de mi vaso, siento mi garganta arder como si hubiese tragado fuego, deje a Charly en Rusia con su padre y me regrese a Corea sabiendo que ellos volverán para la boda de mi hijo, asique le daré a Gabriel lo que quiere y tal vez sea la única vez que tenga sexo con él   ya que antes solo hubieron mamadas y nada más.

No puedo morirme sin tenerlo encima de mi sudado mientras me rompe el interior con esa enorme polla que Dios le dio.

Estoy en un bar tomando un poco de alcohol, veré a Gabriel en unas dos horas y pues, según dicen en la antigüedad utilizaban el alcohol como anestesia asique lo intentaré.

[....]

Salgo del bar y me dirijo al hotel donde él me aviso que estaba esperando por mi, el vestido negro me llega por encima de las rodillas y la piel de mis piernas está cubierta por unas medias de encaje.

Entro en el hotel y abro los ojos sorprendida cuando él me recibe en el living, como si no fuera el dueño y un hombre casado esperando a otra mujer que no es su esposa.

—Creía que no vendrías, Nena

—¿Por qué estás aquí abajo?, se lo dirán a tu esposa—. Digo y él se alza de hombros.

—Qué lo hagan—. Dice restandole importancia

Al desgraciado no le importa, la empatia se la dieron de tamaño en la polla, perro maldito.

No digo nada y entro en el ascensor junto con el gobernador, subimos a la suite principal, al entrar en la habitación cierra la puerta con seguro y se apodera de mi boca. Me gusta como se siente, es como si dejáramos de pertenecer a otras personas y solo somos él y yo, como una pareja normal.

Me guía a la cama y me recuesta en el colchón, busca mi cuello y empieza a lamer y succionar la piel de esa zona y muerdo mi labio inferior con brutalidad, siento la humedad manchar mis bragas y su rodilla haciendo presión en mi clitoris me pone el lívido en su máximo nivel.

Sostiene los tirantes de mi vestido y los baja hasta liberar mis tetas, se prende de uno de mis pechos y tira de mi pezon mordisqueando la aureola erecta con sus dientes.

—Gaby—. Gimoteo cerca de su oído, el sexo suave no es lo mío, me gusta duro, el sexo salvaje.

Juguetea con el otro pezon hasta ponerlo duro y después lo pellizca arrancandome un gruñido, termina de quitarme el vestido y lo próximo son mis bragas.
—Las medias se quedan, son sexis.

Estando desnuda abro las piernas para él y mete su mano entre mis muslos acariciando los labios exteriores de mi coño.

—¿Qué debería hacer primero?—. Susurra encima de mis labios.—Deseo comerte el coño hasta que me llenes la boca de tus fluidos—. Toquetea mi clitoris sin hacer presión.— O debería embestirte y romperte el coño hasta que sea yo quien te llene como siempre he querido

No tengo problemas con ninguna de las dos y se que él es magnífico y me llevará al placer con ambos, pero igual coloco mi mano encima de su cabeza y lo obligo a bajar hacia mi sexo donde inicia dando un lenguetazo que va desde el orificio de mi coño hasta mi puente de venus.

Pasión Clandestina [ +21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora