🦋 Capítulo 32🦋

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¡Por la noche!
Jimin

Introduzco el celular en mi bolsillo y salgo del piso bajando por las escaleras, llego al primer nivel en pocos minutos y me dirijo a la puerta principal, tomo un taxi y me dirijo a la casa de mi padre, ¿Quien me mandó a dejar las fiestas por amor?, ¿Qué es el amor?, ¿Quien lo necesita?

Llego a casa azotando la puerta y Meredith me sonríe, al notar mi actitud su sonrisa desaparece de su rostro y a veces me pregunto porqué esta mujer es tan buena conmigo, si nunca la he tratado bien.

—¿Quieres hablar?—. Pregunta y niego con la cabeza.

—Voy a curar la herida con alcohol como siempre, este soy yo—. Digo y subo las escaleras, llego a mi habitación y me meto a bañar, rebusco entre mi ropa lo que me voy a poner, tomo unos pantalones de mezclilla, una franelilla blanca medio transparente y una chaqueta negra, me coloco la ropa y al amarrar los cordones de mis botas, unto bálsamo labial en mis labios y peino mi cabello, una idea cruza por mi mente y me pinto el cabello de negro no de forma permanente obviamente.

Tomo mi bolsa asegurándome de llevar dinero conmigo, tarjetas de crédito y algunas cosas más, bajo las escaleras encontrándome con el rostro enojado de mi padre.

—¿Cómo pudiste hacer algo así?, tus tíos están destrozados Park Jimin—. Me grita y río para no gritarle de vuelta.

—¿Adivina qué?, Papá—. Él frunce el ceño y se cruza de brazos esperando mis palabras.—Me importa una reverenda mierda—. Le digo y me voy dejándolo escupiendo maldiciones en la casa, pobre Meredith.

Esta vez subo a mi auto y le envío un mensaje con la dirección del bar a Charly, ella envía una carita fiestera y niego con la cabeza, le pagaré una prostituta que la desvirguen o algo.

Luego de varios minutos llego al bar cuando recién está oscureciendo, mi celular se llena de notificaciones y lo ignoro mirando el nombre de Jungkook en la pantalla, luego entran algunas llamadas del susodicho y pongo el aparato en silencio, me lo coloco en el bolsillo trasero y bajo del auto.

Entro en el lugar y tomo asiento en un sillón en la zona común, Charly viene entrando sola cosa que me extraña bastante, la alcanzo y me abraza, me alejo y abro los brazos sonriendo.

—¡Bienvenida a Géminis!—. Digo y ella sonríe.—Vamos a beber hasta que se desgarre el hígado

—¡Así se habla!—. Grita ella, la llevo al que ahora es nuestro sitio y pido whisky mientras ella pide una bebida rosa de la que no me sé el nombre, un sin número de hombres se le acercan, pero ella dice que no con amabilidad, pero se le ve incómoda.

Una canción de Plan B empieza a sonar y ella se pone de pie, me toma de la mano y tira de mi, le sigo el juego y voy con ella a la pista donde bailamos un sin número de canciones, el lugar empieza a llenarse cada vez más y ya perdí la cuenta de cuánto he bebido.

Miro la hora en el celular y son apenas las dos de la madrugada, le entrego la tarjeta de crédito al mesero y tomo a la chica frente a mi de la mano y me dirijo hacia la barra.

—¿A donde me llevas?—. Pregunta

—Ah buscarte una prostituta —. Digo y ella empieza a reír, nos acercamos a una chica delgada que está sola en la última esquina de la barra.

Pasión Clandestina [ +21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora