🦋 Capítulo 28🦋

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¡Calidad, no competencia!
Emma

Son más de las diez de la noche y todos continuamos aquí, realmente no lo estaría si mi hijo no amara tanto a Jungkook, ¿Quien lo diría?, mi hijo se enamoró del hijo del hombre que una vez amé, vaya que la vida da muchas vueltas.

Cristopher continua asesinandome con la mirada mientras que Gabriel prefiere no mirarme, Mikael se mantiene en la oscuridad alejado, pero lo suficientemente cerca para asesinar a cualquiera que quiera lastimarme y es por eso que lo elegí a él, porque a pesar de ser una bestia con el corazón frío y un asesino, soy la única prioridad y él si me dio el lugar que me merezco.

—Moya ledi—. Susurra el ruso llamando mi atención, me giro quedando de frente a él y me pierdo en sus ojos.—Tengo que solucionar unos pendientes, volveré más tarde, te dejo a los chicos, si sucede algo solo llama y tvoy Muzh, incendiara este país de porquería por ti—. Asiento con la cabeza y me pongo de puntillas sabiendo lo que espera.

(Moya ledi= Mi señora), (Tvoy Muzh= tu marido)

Beso sus labios de forma casta, pero no es suficiente, me sostiene de la cintura y devora mis labios con pasión, con la misma lujuria de hace veinte años.

Lo observo perderse por los pasillos llevándose algunos de sus hombres y dejándome a otros, Mikael Hastings es un hombre poderoso, sin escrúpulos y sin tabúes, ese hombre me ha dado el mejor sexo del mundo y ni hablar de las maravillas que hace con la lengua y sus dedos, él es una cosita bien hecha con unos veinticinco centímetros en medio de las piernas, solo recordar eso humedece mis bragas.

Observo a mi hijo en los brazos de Meredith y me siento feliz, nunca sentiría envidia o rencor hacia ella, porque se que solo quiere lo mejor para mi hijo, aunque más temprano que tarde tengo enfrentar a mi hermoso terremoto, él me reconoció y eso me da esperanzas, porque siempre lo vigile desde las sombras y Charly ya está deseando irse de fiesta con él, un chico gay y una lesbiana, ¿qué puede salir mal?

Gabriel se acerca a mi hijo y coloca su mano en el hombro de este y después le sonríe

—Estare en la capilla del hospital, cualquier novedad, has que me avisen—. Mi hijo solo asiente en respuesta y Gabriel me da una mirada antes de irse.

No me interesa disimular nada, asique simplemente me acerco a mi hijo y me agacho a la altura de su rostro haciendo que él frunza el ceño y me mire confundido.

—Dije que no quiero hablar ahora—. Me recuerda, la mujer que lo sostiene le da un golpesito y él pone los ojos en blanco.

—Lo sé, solo iré a buscar algo de comer y quería saber si quieres algo—. Él observa en dirección a su padre y este simplemente niega con la cabeza, le voy a romper las rodillas por imbecil.

—Intenta adivinar lo que quiero comer ahora—. Dice con indiferencia, es mi hijo y quiero tomarlo por los cachetes, pero todo a su tiempo.

—Y tú —. Miro a Meredith y ella mira a todos lados buscando con quién estoy hablando.—¿Quieres algo Meredith?

—Mmm, ¿Yo?, no, estoy bien, gracias—. Asiento con la cabeza y me arriesgo besando la frente de mi hijo quien no me aleja, pero tampoco dice nada.

Me pongo de pie y camino en dirección a la capilla pensando en Meredith, esa mujer es perfecta para Cristopher, Pobrecita.

Entro en la capilla encontrándome con la perfecta espalda de Gabriel quien mantiene la vista puesta en el frente, es tán orgulloso como siempre, ni siquiera se arrodilló para rezar por su hijo, ojalá pudiera escuchar sus plegarias, sería algo como "Devuélveme a mi hijo, eres un Dios, pero él es un Jeon y es literalmente lo mismo, no puedes echar a perder semejante poder"

Pasión Clandestina [ +21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora