Gavi se acercó a mí quedándose solo a unos centímetros.
– Acércate a mí, Irina.
Me pegué a él y entonces pegó sus labios a los míos.
Correspondí y entonces empezó a besarme lento.
Aunque ya me había cansado de que me trataran tan frágilmente así que agarré su nuca y lo pegué más a mí.
Le escuché soltar un gruñido y sentí un burbujeo en el estómago.
Su lengua y la mía se encontraban y sentí una de las manos de Gavi bajar hasta mi espalda baja.
Hasta que se apartó y me miró fijamente.
– ¿Estás bien?– preguntó.
Asentí y le di una sonrisa.
– ¿Por qué te apartas?– pregunté.
– ¿Quieres seguir?
Asentí y entonces me acerqué a él pegando mis labios a los suyos.
Volvió a gruñir y entonces por instinto me apoyé en sus hombros y Gavi me agarró sentándome sobre él.
Le sentí morder mis labios y solté un quejido.
Entonces sus manos bajaron hasta mi culo y lo apretó.
Me aparté y entonces lo miré.
– Cuando beses a un chico así, haz lo que acabo de hacerte, Irina.– murmuró mirándome.– Va a gustarle. Créeme.
Asentí y entonces le sentí apartar el pelo de mi cara.
– Irina, eres preciosa, usa tus encantos.
Lo miré fijamente y entonces levanté mis brazos para abrazarle.
Me envolvió con sus brazos y entonces cerré los ojos y apoyé mi cara en su hombro desnudo.
Tras varios minutos acabé quedándome dormida.
Al día siguiente me desperté y me encontré sola en la cama.
Me levanté y bajé a la cocina para ver a Gavi bebiendo de una taza.
– Buenos días, Irina.– murmuró.
– Hola, Gavi.– dije sonriéndole.
Abrí la nevera y saqué la caja de leche y después de coger un vaso me eché.
Me acerqué hasta él y entonces agarró mi mandíbula y me besó.
– Voy a ir a casa de Balde, ¿quieres venir?
Asentí.
– Después te vienes conmigo directamente para el entrenamiento.
Cuando terminamos de desayunar fuimos a vestirnos y entonces nos montamos en su coche.
– ¿Cuándo vas a sacarte el carnet?– preguntó con la vista fija en la carretera.
– No tengo ni idea, la verdad.
Me miró sonriendo y cuando llegamos a casa de Balde nos sentamos en el sofá.
Ambos se pusieron a jugar al FIFA y yo me senté entre medio de ambos.
Se chillaban y se insultaban mutuamente.
– ¡PERO NO SEAS GUARRO!– gritó Balde indignado.
– ¿Guarro? Pero si me has llevado por delante tú.– murmuró Gavi.
– Es un contacto mínimo bro.
– No es un contacto mínimo.
– Sí, sí.
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𝐌𝐔𝐓𝐔𝐀𝐋 𝐇𝐄𝐋𝐏 +18 | Pablo Gavi
Teen FictionIrina y Gavi se conocen desde hace años y siempre han sido como familia, hasta que ella acaba pidiéndole ayuda para conquistar a uno de los amigos de Gavi.