XX

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Cuando piensas que las cosas pueden salirte bien, llega algo o alguien para confirmarte que no es así.

Mis padres iban a divorciarse y no tenía ni idea de dónde podía estar Gavi. No sabía nada de él desde que le dijo a Ana que se largase.

Había estado una semana entera pendiente de las redes sociales, por si Ana se encargaba de difundir algún rumor.

Nada.

Jairo dice que Gavi no había hablado con ninguno de ellos. Marina había decidido que no quería saber nada sobre ese tema, y la entendía.

Lo mío con Gavi se había tratado de un error. Algo que no debió suceder.

Porque cuando le había tenido como amigo, le había tenido. No nos habíamos evitado Siempre nos habíamos tenido el uno el otro para reír, llorar y mucho más.

Creo que si hubiera algo de lo que más me arrepintiese sería de haberle pedido ayuda con Jairo.

Porque de tenerle al completo había pasado a no tenerle en absoluto.

Marina me había llevado con ella y unos amigos suyos a pasear un rato y nos habíamos estado riendo todo el rato con las cosas que sus amigos hacían.

– Vale. Desembucha. ¿Qué demonios te pasa?– murmuró en un susurro para que solo yo le escuchase.

– Nada.

– Gavi ¿no?

Solté un suspiro y después la miré esperando la cotidiana charla sobre este tema. Pero no llegó. Simplemente me abrazó y solo con aquello supe todo lo que quería decirme sin necesidadde decírmelo realmente.

Después empezó a llover y tuve que volver a casa.

Mi madre había salido durante unos días y mi padre se fue de ella hace un mes.

Me puse un pijama y me preparé algo de sopa.

Me senté en el sofá a ver una serie y a comer sopa cuando el timbre sonó.

Me levanté y abrí encontrándome con Gavi frente a mí.

No sabía muy bien que hacer o que decir.

Me fijé en su ropa empapada y lo arrastré dentro conmigo.

Entonces volví a mirarle y la rabia se apoderó de mí.

– ¿Dónde has estado? ¿No has podido escribirme? ¿Tan poco significo para ti después de todo lo que hemos vivido? Si vienes a decirme que has vuelto con ella lo mejor es que te marches, porque no sé si mi corazón está preparado para otro golpe más.– murmuré.

– No. No he vuelto con ella, Irina. He estado entrenando y pasando tiempo conmigo mismo. Pensando en ti. Pensando en si soy lo que mereces o si debo dejarte marchar para que seas feliz con quien siempre quisiste.

– ¿Vas a nombrar a Jairo ahora? Dejó de gustarme desde el día que me besaste, Pablo.

Me acerqué a él lentamente y entonces dio un paso hacia atrás.

– Jairo no es para mí.

– ¿Y quién es para ti, Irina?

– Tú. Desde el día que nos conocimos me leíste como a un mapa, y hasta el día de hoy, puedes hacerlo. Jairo no lo ha conseguido nunca. Nunca me quiso por lo que fui. Y nunca limpió mis lágrimas como tú has hecho conmigo. No se ha despertado a las tantas de la mañana para venir a buscarme con tal de no irme sola a casa.

Mi mano fue hasta su cara y la acaricié suavemente.

– Nunca se prestó a una ayuda mutua.– sonreí.

Él esbozó una sonrisa y entonces bajé la mano.

– Te quiero, Pablo.

Me miró fijamente y entonces llevó sus manos a mi cara y me besó.

Correspondí su beso y llevé mis manos a su cara para lograr acercarle más a mí si eso era físicamente posible.

Después me pegó a la pared y seguimos besándonos mientras los rayos iluminaban el cielo.

Me separé de él y entonces le sonreí.

– Quítate eso mojado. Voy a buscarte algo para que no te resfríes.– dije mirándole.

Él se echó a reír y entonces se empezó a despojar de la ropa.

Yo subí a mi habitación y agarré varias cosas que conservaba de él.

Bajé y le di las cosas para que se vistiera.

– ¿Ibas a cenar sopa?

Sonreí llegando de la cocina y asentí.

– Ahora preparo yo algo.– murmuró.

Sonreí cuando le vi ir a la cocina y empezó a sacar trastes.

Me acerqué para ayudarle, aunque lo único que hacía era limpiar todo lo que él iba ensuciando. Después de un rato terminó y cenamos ensalada. Que la verdad es que no estaba nada mal teniendo en cuenta que era algo bastante healthy.

Después de cenar nos fuimos a mi habitación y nos tumbamos a ver una película. Aunque después empezó a quejarse de que se estaba aburriendo y acabó poniéndome una de Rocky.

Sonreí escuchándole hablarme de la película, el soundtrack y los personajes totalmente fascinado.

Era como un niño pequeño.

Después de la primera puso la segunda, luego la tercera, y así sucesivamente.

Mientras tanto, dejó una de sus manos apoyada en mi cintura y sonreí sintiéndole hacer circulitos en mi piel.

No estaba enterándome de nada de las películas aunque sinceramente no me importaba absolutamente nada.

Era completamente feliz teniéndolo tumbado a mi lado y esta sensación era algo que no cambiaría por nada del mundo.

Lo miré fijamente durante unos segundos y entonces me miró con una sonrisa.

– ¿Tengo algo en la cara?

Negué sonriendo.

– ¡Oh! ¡Oh! Se viene una de las mejores partes de la película.

– Pero si siempre es lo mismo. Se pegan y siempre gana él.

– Voy a hacer que no te he escuchado solo porque te quiero, porque sino, te mataría.– murmuró mirándome.

Solté una carcajada de las buenas y lo abracé para luego pegar mis labios a los suyos.

Él correspondió y después me pegó a él.

Entonces sentí su respiración pesada en mi cuello y luego me besó en el cuello.

– ¿Tú no estabas viendo la película?– pregunté sonriendo.

– Tú misma lo has dicho. Estaba. Pero ahora mi cuerpo tiene un plan mucho mejor que ese.

Me reí y entonces se colocó sobre mí y me miró sonriendo.

Yo sonreí besándole y haciéndole saber que estaba a dispuesta a todo lo que quisiera.

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Estos dos...

Ea, os dejo a estos dos y me desaparezco je je.

𝐌𝐔𝐓𝐔𝐀𝐋 𝐇𝐄𝐋𝐏 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora