XIII

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⚠️ Contenido Explícito

No tardamos mucho en llegar a mi casa y entonces me tiró sobre la cama para después situarse justo encima de mí.

Le vi quitarse la camiseta que llevaba y entonces la tiró por ahí.

Me fijé en los lunares que tenía por toda la piel y deseé besarlos todos y cada uno de ellos.

Sus manos fueron a mi vestido y me lo quitó por la cabeza para después tirarlo con algo de rabia al suelo.

– ¿Qué pasa?

– Te veías muy sexy con él, y por lo que se ve, Jairo también se ha dado cuenta.– escupió.

Me eché a reír y entonces le agarré la cara y le di un beso.

Correspondió agarrando mi cara y yo me permití pasar mis manos por su ancha espalda.

Al apartarse se alejó un poco y entonces se desabrochó el pantalón y lo bajó junto con el bóxer.

– Quítate la ropa interior cariño, pienso comer.

Me deshice de todo y entonces agarró mis piernas abriéndolas para después escupir y hundir su lengua allí.

Gemí tumbándome y entonces arqueé la espalda.

Su lengua estaba haciendo maravillas ahí abajo.

Tiré de su pelo y le escuché soltar un gruñido para después hacerlo con más ímpetu.

Chillé y me llevé una de las manos a la boca para soltar un gemido.

Sus manos acariciaban mis muslos en círculos.

Se apartó para mirarme después y casi exploto con solo eso.

Tenía las pupilas dilatadas y se estaba mojando los labios.

Llegó hasta mí atacando mi boca con ganas.

Después me agarró de la cintura y entonces me cargó sentándome sobre él.

– Esta vez te toca a ti manejarme, nena.– dijo sonriendo.

Le di una sonrisa y entonces lo besé mientras sus manos manoseaban mis tetas.

Le vi estirarse un poco para coger su cartera y sacó un preservativo, haciéndome reír.

Entonces, se lo colocó y me ayudó a colocarme  bajando por su longitud hasta que llegué hasta el fondo, haciéndole gemir.

– ¿Puedo moverme?– pregunté.

– Joder Irina, claro que sí.

Le di una sonrisa y entonces me agarró de la cadera para enseñarme como podía hacerlo.

Empecé a cogerle el truco rápido y entonces sus manos fueron desde mi cadera a mi culo para apretarlo y golpearlo de vez en cuando.

Su boca se ocupó de mis pechos durante un rato y sentí que iba a morirme allí mismo.

Puse mis manos sobre sus hombros y me levanté para después volver a bajar.

Hasta que empecé a dar saltitos y le vi morderse el labio y cerrar los ojos.

– ¿Te gusta?– pregunté.

– Que si me gusta dice.– respondió.– Estoy en el paraíso, cielo.

Sonreí y lo besé mientras acariciaba su espalda.

Después le vi mirarme de arriba a abajo.

– ¿Qué haces?

– Admirarte, joder. Eres preciosa, te miren por donde te miren. No necesitabas cambiar para gustarme, Irina.

Mi corazón empezó a dar saltos como un loco y le di una sonrisa de oreja a oreja.

Estaba feliz.

Mejor dicho, él me hacía feliz.

– Mañana voy a dejar a Ana.– soltó.

Sonreí besándole y entonces agarró mi cintura para poder acelerar el ritmo.

Agarró mi pelo dejándolo caer en mi espalda.

– Bésame Irina. Quiero besarte hasta morirme.

No me lo pensé dos veces y entonces reclamé sus labios y él correspondió sin ninguna duda tampoco.

Sentía la cama moverse, el cabecero moverse por nuestros movimientos y el golpe de nuestros cuerpos al chocar.

Sentía sus manos vagar por mi cuerpo, inquietas. Y las mías hacían básicamente lo mismo.

Entonces eché la cabeza hacia atrás mientras besaba mi cuello y me tensé, explotando.

Unos minutos después explotó también.

Le vi tumbarse sobre la cama y caí sobre su cuerpo.

– Joder.– soltó.

Sonreí un poco atontada por lo que acababa de pasar.

– ¿Te ha escrito Marina?– preguntó.

Me estiré un poco y agarré mi móvil viendo que tenía varios mensajes de Marina respondiéndome.

– Acaba de decirme que ha llegado a casa y que la ha llevado Ferrán.

– Esos dos...– dijo Gavi.

Negué con la cabeza varias veces.

– Marina no se apega a nadie. Ella la palabra "amor" no la entiende. O al menos, no como nosotros.– dije volviéndome a tumbar sobre su pecho.

Sus manos paseaban por mi espalda y tenía la mirada fija en mí.

Haciéndome saber que me estaba escuchando.

– El amor es para el que sabe entenderlo.– murmuró.

Asentí totalmente de acuerdo con él.

Al principio pensaba que lo que sentía con Jairo era amor, hasta que me di cuenta de que no había llegado a sentir jamás nada de lo que siento con Gavi.

Había sido una obsesión y sinceramente me alegraba que no hubiera sido él de quien me he enamorado.

Miré a Gavi y sonreí al verle luchar contra sus esfuerzos de no quedarse dormido.

– Gavi, ¿quieres comer?

Negó con la cabeza y me eché a reír.

Estábamos tan cómodos que me relajé tanto como él y cerré los ojos.

Estaba a punto de quedarme dormida cuando sentí la puerta de mi casa abrirse.

Gavi por lo que se ve escuchó lo mismo porque entonces nos levantamos rápidamente y me fui poniendo la ropa interior que habíamos dejado tirada en el suelo.

Él se deshizo del preservativo y entonces empezó a vestirse.

Sentí unos pasos cerca de la puerta y entonces me tiré sobre la cama y cogí el móvil.

Mi madre abrió la puerta y entonces me vio a mí tumbada con una sudadera y un pantalón corto y a Gavi a mi lado, con el pantalón y con su móvil.

Ambos la miramos y entonces nos dedicó una sonrisa.

– Lo siento, pensé que seguíais de fiesta y que la luz se había quedado encendida.– se excusó.

– Tranquila mamá, estamos bien.

– Vale, no os durmáis demasiado tarde.

Asentí y tras despedirnos de ella nos miramos y nos tapamos la boca para reírnos a carcajadas lo más silenciosas posibles.

Dejé el móvil y me acurruqué a él, inhalando la fragancia de su colonia.

Entonces cerré los ojos de nuevo mientras Gavi me hacía cosquillas en el pelo y esta vez sí que me quedé dormida.

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Para los que les echaban de menos ;)

𝐌𝐔𝐓𝐔𝐀𝐋 𝐇𝐄𝐋𝐏 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora