Gavi correteaba de un lado a otro con el balón en sus pies y sonreí.
Era en aquellos momentos cuando él sí vivía de verdad. No pensaba en nada. Solo en él y en el esférico que estaba guiado por sus pies.
Nada ni nadie existía para él.
Marina me dio un pequeño golpe en el brazo y entonces dirigí mi mirada hasta ella.
– Límpiate las babas o a este paso tendré que volverme a casa en una lancha.
– Muy graciosa.– murmuré irónica.
– Lo sé.– admitió.
Le di un pequeño empujón y después volví a mirar a Gavi.
Acababa de darle una asistencia a un chaval para que hiciera el gol y le vi desabrocharse la chaqueta del chándal y se la quitó acercándose a donde estábamos nosotras.
– Irina.– murmuró.
Sonreí agarrando la chaqueta y entonces me guiñó el ojo para volver a la pista.
Estaba tranquilamente cuando vi a Ana llegar y sentí que me miraba de arriba a abajo.
Gavi la miró y la saludó con la mano.
– ¿En serio?– murmuró Marina.– Ya está aquí la pijota de turno.
– ¿Perdona? ¿Has dicho algo?– soltó Ana.
– Sí. Que han perdido su turno.– dijo Marina.
Me tapé la boca con la chaqueta de Gavi y entonces sentí que se acercaban a mí.
– Oh, es de Pablo ¿no? Gracias por guardarla para cuando yo llegase.– murmuró Ana quitándomela.
– Ana. Dame la chaqueta.– murmuré mirándola.
– Es de mi chico.– dijo.
– ¿Y? Eso no te da derecho a quitármela de esas maneras. Hay algo llamado "pedir por favor"
– A ti no tengo que pedirte por favor nada. Y no me hagas hablar y joderle la carrera a tu querido Pablito.
La miré fijamente y entonces mi mano actuó sola y acabé dándole una hostia en la cara.
Ana abrió los ojos como platos y me miró fijamente.
– ¿Acabas de pegarme?
– Sí. Es que tenías algo en la cara.– murmuré y volví a darle otra hostia.– Ups, no se ha ido el bicho.
Ana entonces me agarró para intentar tirarme al suelo y me agarré a su pelo.
Cuando intentaba hacer fuerza le tiraba del pelo y ella gritaba.
Entonces aproveché y la empujé haciendo que se cayese al suelo.
Iba a levantarse cuando Gavi llegó y se puso entre medio de ambas.
– Gavi, dile algo, me ha tirado.– escupió.
– Eres una mentirosa y una...– murmuré y avancé hasta ella sin ningún resultado gracias al agarre de Marina.
Vi a Gavi mirarnos y entonces se acercó a Ana.
– Ana, será mejor que te vayas.– murmuró Gavi.
– ¿Yo? La que tiene que irse es esa zorra.
Vi a Gavi agarrarla de la muñeca y entonces la miró de aquella manera que miraba a sus rivales en los partidos.
– Te prohibo totalmente que hables así de ella. Coge tus cosas y lárgate por donde has venido.– ordenó.
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𝐌𝐔𝐓𝐔𝐀𝐋 𝐇𝐄𝐋𝐏 +18 | Pablo Gavi
Teen FictionIrina y Gavi se conocen desde hace años y siempre han sido como familia, hasta que ella acaba pidiéndole ayuda para conquistar a uno de los amigos de Gavi.