CAPITULO 1El sol en una lágrima
Las hojas de los árboles caían con la fuerza del viento. Todo el cielo se pintaba de gris.
La lluvia estaba por caer. Las nubes estaban llenas de perlas que caerían en cualquier momento como una tormenta.
Podría creerse que ese día era el peor día del mundo para nacer.
Pero cuando se escuchó el llanto de la bebé, el sol pareció haberse arrepentido de esconder su rostro detrás de las nubes oscuras.
Porque un hermoso rayo de luz iluminó la sala de emergencias del hospital.
Aquel evento extraordinario hizo que todos sonrieran, un milagro acababa de suceder.
La mujer en la camilla no podía dar a luz, su cuello uterino estaba tan estrecho que la bebé no podría nacer y ya no quedaba tiempo.
Todas las salas de parto estaban llenas, muchos niños y niñas habían decidido venir al mundo.
Pero la bebé que acababa de nacer milagrosamente, había respirado minutos después a pesar de que los médicos la daban por muerta.
La joven madre de la niña lloraba de felicidad, no tenía un hombre al lado que le tomara la mano, ni una madre que le diera ánimo, o que la esperara en la sala de espera del hospital.
La bella muchacha era huérfana, abandonada entre unas rocas a la orilla de la playa, cuando tenía cinco años de edad.
Fue criada por un anciano marino que se compadeció de la pobre niña.
Le dió todo el cariño que pudo darle a sus setenta y cinco años.
El mar se llevó ese cariño una noche de tormenta en el mar, diez años después de recibirla en su casa.
La pequeña ahora tenía dieciséis años, una casa cómoda aunque sencilla, y una seguro de vida que le había dejado con su muerte el noble anciano.
A Marina nunca le faltaría nada.
Pero en su soledad Marina escuchó el amor en las palabras mentirosas de un hombre que al saberla embarazada la abandonó.
Tomando valor en el amor que crecía en su vientre Marina dió a luz un 5 de noviembre en medio de una esperada tormenta tropical.
Pero cuando se preparaban para una catástrofe, el sol salió.
La hermosa niña trajo la luz con su llanto y el milagro de su nacimiento no pasó por alto.
¿Cómo vas a llamar a tu pequeña?
Le preguntó la doctora mostrándole orgullosa a la pequeña bebé que ella había ayudado a traer al mundo en la sala de emergencias.
¡Perla, ese será su nombre! Ese era el nombre de la esposa del hombre que me recibió en su casa y que sin saber quién era...
Me llamo hija y me dió su nombre...
El nombre de mi hija será Perla, como las gotas de lluvia qué cayeron a su nacimiento, dándole celos al sol y haciéndolo salir de su escondite...
¡Hermoso nombre! Perla bienvenida a este mundo, hermoso milagro...
¡Gracias doctora Norton! Si usted no se hubiera devuelto, mi hija y yo probablemente no estaríamos con vida...
En verdad fue una fortuna Marina. Cuando estaba por encender mi auto para irme a casa con mis hijos Liam y Stefani...
Te ví llegar con mucho dolor y las gotas de sangre que ví en el piso, me hicieron temer lo peor...
ESTÁS LEYENDO
Entre tu amor y el mío
RomanceEn una familia de médicos donde el apellido era motivo de orgullo y los planes familiares eran más importantes que el amor, se dio un romance profundo e intenso entre una bella chica que vivía en la costa y un guapo heredero del legado de łos Nort...