CAPITULO 7Una conversación desafortunada
Después de aquel café, Liam invitaba a Perla todos los días, algunas veces para tomar un café y otras para cenar.
Entre ellos se estaba abriendo una puerta que ninguno de los dos quería cerrar.
Platicában por teléfono cada noche, contándose lo que habían vivido en el hospital.
Perla amaba trabajar en pediatría y en cada salón dejaba un pedacito de su corazón.
Le había contado a Liam la razón por la que se había convertido en una enfermera.
Perla tenía un hermano menor, él fue internado en pediatría por una mal formación en su pie izquierdo, no podía caminar.
Ella lo venía a visitar cada día después de ir al instituto, aún no tenía idea a que dedicarse al graduarse.
Pero cada vez que venía a ver a su hermano al hospital, podía ver la ternura y la paciencia de las enfermeras que atendían a su hermano.
Su madre no podía estar pendiente de él, porque tenía que trabajar, su padre la había abandonado hacía tres años, y ella era el único sostén de la familia.
Y cada enfermera en el salón de pediatría hacía que su hermano pudiera sentirse bien y agusto con otros niños que al igual que él tenían que superar diferentes enfermedades.
Cada vez que las veía, Perla se enamoraba del uniforme, del trato amable que ellas derrochaban en los niños y del paciente cariño que le demostraban a los padres de los pequeños.
Todo eso inclinó su corazón, y después de que su hermano regresó sano a su casa, Perla ya tenía un destino marcado en su corazón.
Fue así que se graduó con honores en la universidad y desde que empezó a trabajar en el hospital se transformó en un aliado para los doctores en pediatría.
Esa ternura que irradiaba de Perla tenía fascinado a Liam. A él le encantaba escucharla hablar, el tono de su voz Liam lo comparaba a un viento fresco, a un mar en calma.
Perla le encantaba.
Liam deseaba cada día que Perla le abriera una ventana para poder invitarla a salir con él como hombre, no solo como amigo.
Su relación de amistad con interés romántico, era un asunto privado, nadie sabía que salían, ni qué en sus contactos en sus teléfonos estaban de primero el número de cada uno de ellos.
Liam quién amaba dibujar, la había plasmado en su cuaderno de dibujo en varias posees.
Conforme la imaginaba plasmaba en una hoja sus pensamientos.
Había dibujado sus ojos, su rostro mirandolo, su sonrisa, y su boca.
Tenía un dibujo de ella de cuerpo entero, y en una hoja, un dibujo de los dos besandose. Ese era su mayor deseo.
Un deseo que creía cada día más.
Una tarde después de un fuerte aguacero, Liam fue a la azotea del hospital, para contemplar el arcoiris que había salido en el cielo.
El espectáculo era impresionante y Perla le habían dicho que eso era algo que él no debía perderse.
Al abrir la puerta de la azotea, pudo ver con mucha alegría que Perla estaba allí, contemplando el arcoiris.
Muy emocionado Liam caminó hacia ella, sorprendiendola con su presencia.
¡Me hubieras dicho que vendrías Liam, habríamos subido a verlo juntos!
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Entre tu amor y el mío
RomanceEn una familia de médicos donde el apellido era motivo de orgullo y los planes familiares eran más importantes que el amor, se dio un romance profundo e intenso entre una bella chica que vivía en la costa y un guapo heredero del legado de łos Nort...