𝐃𝐄𝐏Á𝐑𝐓𝐄𝐌𝐄𝐍𝐓 𝟐𝟎𝟔 | 𝐓𝐨𝐦 𝐤𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳

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Isabelle

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Me dijiste que eligiera y aquí estoy, decidida a dejar de sentir y a transformar todos mis sentimientos, en un misterio sin resolver.

¿Estás feliz ahora? ¿Lograste lo que querías? Pues aquí estoy para ti, siendo el maldito maniquí en tu ventana.

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El "mágico" y misterioso mundo del espectro autista... es así como me lo dijo el neurólogo cuando tenia los seis años y casi no pronunciaba palabra alguna. Tal vez pensó que añadiendo la palabra "magico" sonaría más lindo, pero aquello solo provocó más confusión en el pequeño cerebro de esa niña.

— ¿Podrías mirar aquí un momento, pequeña Isa?—

No obtuvo respuesta hablada y no obtuvo contacto visual por parte de esa pequeña niña de cabello rizado.

No entendía nada de lo que estaba pasando, solo escuchaba palabras tras palabras saliendo de la boca de ese hombre con bata blanca, pero no podía encontrarle el sentido a sus frases. Me frustraba, me dolía la cabeza y quería llegar a casa para seguir con las planificaciones de mi día, porque a final de cuentas, era lo único que me mantenía cuerda.

Las terapias fueron de gran apoyo durante años, aprendí a comunicarme con las personas, a recibir ayuda de vez en cuando y a veces hasta a mantener contacto visual por mas de la mitad de un segundo. Sin embargo, eso no quitaba el sufrimiento interno que aquello me provocaba.

¿Ese era el precio de encajar en la sociedad? El hacer masking se volvió mi aliado y el actuar "normal" ha sido mi escudo.  Si, me provocaba dolor e incomodidad, pero al menos no le provocaba confusión y dolor a los demás.

— ¿Crees que este vestido le guste a Tom? Aunque la verdad no me importa mucho, pero tal vez podría verse bien.—

¿Por qué tendría que dar mi opinión, sobre algo que usará ella? ¿Es que acaso no sabe tener gustos propios y prefiere preguntarle a los demás? Exactamente esas preguntabas pasaban por mi cabeza, con solo una pregunta que me hizo mi mejor amiga Olivia con respecto a su vestuario. Preguntas confusas, sin ser resueltas por nadie.