𝐃𝐄𝐏Á𝐑𝐓𝐄𝐌𝐄𝐍𝐓 𝟐𝟎𝟔 | 𝐓𝐨𝐦 𝐤𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳

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Isabelle
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No soy de creer en tu existencia, he dudado de ti muchas veces y me di por vencida debido a mis ignoradas plegarias.

Solo te pido un último favor. Uno que puedas cumplir antes de que todo termine.

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Hoy es uno de esos días donde no puedo evitar sentir que algo está yendo mal, pero sin algún motivo aparente. Donde el ambiente se siente pesado y el aire que normalmente respiramos, es de una temperatura tibia, a pesar de estar en pleno invierno.

No he tenido señales de Tom desde esa vez en el centro comercial, mis llamadas han sido ignoradas completamente, al igual que mis mensajes. No me gusta, todo me está poniendo los malditos pelos de punta.

- ¿Has tenido noticias de tu novio, princesa?-

- Aún no...-
La mano de mi padre acarició mi espalda con suavidad, mientras que su rostro expresaba una mueca de disgusto y preocupación. Claro, preocupación por mi y la manera tan triste en la que me encontraba justo para la cena de noche buena, que por cierto, es mi noche favorita.

- Verás que si va a llegar, cielito. Seguramente su avión se retrasó debido a la tormenta.—

No debería de estar deseando que su vuelo se haya retrasado por algo que claramente es una situación bastante riesgosa, pero debido a la situación en la que me encontraba y en como mis nervios por la impuntulidad me estaban torturando, prefería aquello, a que haya sido algo personal de él. A veces Tom puede llegar a ser muy distraído con el tiempo.

Y como si mis pensamientos y las dulces palabras de aliento que mi padre me brindaba, apareció el susodicho entrando a la sala, con una sonrisa de oreja a oreja, pero tambaleándose ligeramente por cada paso que daba. Parecía que estaba a nada de caerse y eso pude notarlo con mucha facilidad.

- ¡Mi amor!-
Sonreí de la manera más alegre que pude, mientras que corría hacia él y me tiraba entre sus brazos, siendo rápidamente recibido por este, quien me miró a duras penas, pero con la misma sonrisa con la que llegó. Tal vez estaba cansado por el viaje, pues sus ojos estaban rojos y sus ojeras eran notables.