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Isabelle

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Te lloré, te sufrí, lo acepté y al final te superé. Eso me repetía a mi misma todos los días desde que te fuiste en aquél avión.

Ya no te extraño, pero te recuerdo. Te sigo queriendo, pero no eres una necesidad. ¿Me creíste? Espero que no, porque nada de lo que dije es verdad.

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¿Qué pensaran de mi ahora, todas esas personas que me tomaron por lunática, cuando dije que quería ser modelo? Porque yo todavía recuerdo cada humillacion que recibí a lo largo de toda mi vida, cada vez que me atrevía a conversar sobre mis metas y sueños más profundos.

"Los autistas no toleran las fotografías." "nadie te va a contratar." "Las agencias no quieren retardados."

Cada una de esas palabras, me las fui guardando y quedaron incrustadas en mi cabeza, aún así fingiera que no me importaban. Al final del día, siempre trataba de darme ánimos para no caer en profundidad a través de ellas.

Aquí estoy ahora, en mi hermoso país natal y con una de las mejores agencias en el mundo del modelaje. Me costó, pero creo que todos esos altibajos valieron la pena.

— ¿Estás lista, Isa? Dios, este es tu primer desfile y creo que estoy más asustado que tú. —

Gabrielle fue la primera persona que confío en mi para lograr esto. Desde que me encontró en ese aeropuerto llorando y tirada en el suelo, jamás me dio la espalda.

— Estoy lista y muy preparada.—
El rubio me dio un fuerte apretón de hombros y me sonrió con dulzura, igual que la primera vez que tuvimos una interacción.

𝐃𝐄𝐏Á𝐑𝐓𝐄𝐌𝐄𝐍𝐓 𝟐𝟎𝟔 | 𝐓𝐨𝐦 𝐤𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora