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Isabelle

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Ya me diste el primer indicio de querer algo conmigo, aún así haya tenido que empujarte al borde del abismo para poder sacarte una sola palabra.

Te quiero esperar y no prometo que lo haré, sin embargo estaré siempre sentada hasta el día en que llegues a mi lado, porque parada ya me cansé.

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¿Cuándo será mi turno? Miro a las parejas en la calle caminar de la mano, riendo, mirándose con ese amor incondicional que aún no he podido entregar. O más bien, que aún no ha podido ser correspondido por la persona que quiero.

Tom me dejó claro hace cinco días, que no me rindiera con él, después de haberle orillado con la decisión que estaba a punto de tomar. Puede que haya sido algo manipulador de mi parte, pero es frustrante que una persona te diga algo y que sus acciones demuestren lo contrario.

— ¿En serio no te aceptan en ninguna agencia? Esos hijos de puta deben estar ciegos.—

Bill es un chico dulce, pero a la vez muy intenso. Tiene una personalidad que llama la atención en cualquier lugar que pisara, al igual que su apariencia tan extravagante, pero linda.

Eso explicaría las miles de miradas que hemos recibido desde que se ofreció a acompañarme al supermercado que está aquí enfrente. No iba a comprar muchas cosas, solo los ingredientes para las galletas favoritas de Tom.

— En serio, no me aceptaron en ninguna agencia.—
Mi atención estaba dirigida netamente en los ingredientes que necesitaba para completar la receta. Anteriormente ya las había hecho, pero me costó todo el día y esta vez quería estar preparada para cualquier cosa.

— ¿Qué buscas exactamente? Te veo leyendo los ingredientes de ese frasco con mantequilla desde hace diez minutos.—

Debo asesorar que esta mantequilla sea perfecta para las galletas de Tom. Él no puede sentir que tienen un sabor distinto a las anteriores, tienen que saber igual de bien.

𝐃𝐄𝐏Á𝐑𝐓𝐄𝐌𝐄𝐍𝐓 𝟐𝟎𝟔 | 𝐓𝐨𝐦 𝐤𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora