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Isabelle

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Me hiciste creer que no estaba a tu alcance, cuando en realidad tú no estabas al mio. Quisiste hacerme creer que valía más de lo que yo veo, pues ahora pienso que valgo más que tú.

Cosechas lo que siembras y temes que no pueda parar, cuando en realidad la preocupada debería ser yo, por no saber que demonios está pasando en mi maldita cabeza.

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Desde pequeña creí que las parejas enamoradas estaban destinadas a estar juntas, aún así la distancia los llevara por distintos caminos. Bueno, eso me hicieron creer aquellos libros de historia sobre el romance y los cuentos de hadas, que no se quedaron atrás al alimentar mi imaginación.

Cuando fui creciendo y la mente autista de aquella pequeña de diez años fue madurando por la edad, también se fue alimentando de pequeños pensamientos negativos que decían las voces externas. Que jamás tendría un romance hermoso, en donde mi príncipe azul quisiera reencontrarse conmigo y vivir felices por siempre.

Todo algo sumamente dañino y poco discreto, hacia una chica que solo quería ser aceptada por todos y no vivir escondida de los retos de la vida.

Me quisieron ver mal, porque su felicidad y autoestima dependía de ello.

— Tienes suerte de que haya sido yo el que te vio con tu enamorado y no Leandro. Ya sabes como se pone de protector.—

El encuentro con Tom fue muy reconfortante para mí, como si una parte vacía de mi corazón, se hubiese llenado de inmediato con solo tenerlo cerca. Me di cuenta de inmediato que él sentía lo mismo por mi y por primera vez, podía verlo sin que me lo dijera directamente.

𝐃𝐄𝐏Á𝐑𝐓𝐄𝐌𝐄𝐍𝐓 𝟐𝟎𝟔 | 𝐓𝐨𝐦 𝐤𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora