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La alarma suena cómo si estuviera poseída y en ese momento cierto rubio se arrepiente de haber optado por poner su canción favorita para despertar, pensando que con eso lograría tener un buen inicio de día cuándo lo que estaba logrando era odiar esa melodía.
Al apagarla no se percibe ningún otro ruido en la casa, un silencio absoluto en la que se sumerge por largos minutos hasta que decide ponerse de pie y prepararse para un nuevo día, pero son esos minutos los que cada día se hacen más asfixiantes.

Dejando a un lado todo lo que le perturbaba, decidió levantarse de su cama y comenzar a cambiarse con la ropa que había dejado preparada la noche anterior y aunque en todo ese proceso batalla para ocultar su nerviosismo al ser el primer día de universidad, este le traiciona constantemente, haciendo que su mente imagine miles de escenarios donde acabo ridiculizado de diferentes formas.

Tiempo después, cuando consigue despejarse y terminar de arreglar todo para la universidad, el estudiante sale de su habitación y baja a la sala, encontrando con la realidad que una vez fue su hogar.
Apartó algunas botellas vacías que están a su paso, ya se encargaría de limpiar todo al regresar por lo que cómo cada día fue a la cocina, tomó una de esas pastillas para el dolor de cabeza, una botella de agua y lo dejo todo al lado de la mesita más próxima al sillón en el que se encuentra durmiendo su padre.

Si hoy fuera un día normal le dejaría también el desayuno preparado, pero el tiempo le traicionó y no pudo preparar nada de comer para ambos, ocasionando que tuviera que dirigirse a la universidad sin un mínimo de alimento en el cuerpo.

Después de unos minutos caminando, logró llegar a la universidad que por suerte no está muy lejos de su casa, pero es al mirar el gran edificio que comienza a sentirse algo abrumado, teniendo miedo de no tener el nivel suficiente cómo para estar allí, de no cumplir las expectativas que él mismo se había puesto y sobretodo de no ser capaz de llegar a su objetivo, aunque todos esos pensamientos desaparecen cuando alguien le toca el hombro.

– ¿Tae? ¿Por qué te demoraste tanto? – preguntó Sheon, mirándole extrañada al ver aquella expresión vacía.

Al ver a Sheon una sonrisa se forma en sus labios instantáneamente, dándole un pequeño abrazo al segundo de distinguir a su mejor amiga y agradeciendo internamente que ambos fueran a la misma clase.

– Disculpa, me quedé algo dormido. – sonríe mirándola, pero ella en respuesta le pega un débil golpe con cariño en la cabeza por su torpeza mientras le arrastraba al interior del edificio.

Era cierto que Taehyung agradecía enormemente tener una amiga tan preparada como Sheon, ya que se había encargado de conseguir el horario antes de cualquier cosa y gracias a eso no estaba tan perdido en ese momento, aún así ella solo le entrego aquel papel cuándo llegaron a la primera clase informando de que se trababa mientras tomaban asiento.

– Para nuestra desgracia tenemos a primera hora Química, lo mejor para dormir una hora más. – se acercó a Taehyung un poco y le susurró en el oído – aunque dicen que con este maestro es difícil lo de querer dormirse.

Debido al comentario de su amiga tenía bastantes incógnitas sobre este profesor, dudas que fueron resueltas al ser abierta la puerta y con eso, revelar a un hombre alto, pelinegro y con un físico envidiable entrar a la clase.

– Buenos días, soy Jeon Jungkook, vuestro profesor de Química, os dejaré todo claro al ser el primer año que estáis en la universidad. No soy vuestro amigo, soy vuestro profesor, por lo mismo os pido respeto, el mismo que yo tendré con ustedes y la impuntualidad es algo que no soporto, por lo mismo, no les recomiendo llegar tarde. – después de la presentación del profesor hubo un silencio sepulcral, que solo fue interrumpido por él nuevamente – ¿Alguna pregunta?

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