Aquella noche recién estaba comenzando cuándo los dos regresaron al departamento. Compartir ese tiempo juntos de algún modo era justamente lo que le hacía falta al otro.
Cómo la noche anterior, volvieron a tener una disputa por la ropa que usaría el menor al pasar la noche, dónde dormiría cada uno e incluso hasta por la cena, aunque acabo ganando la mayoría de estas Jungkook.
Taehyung ese día se permitió investigar más la casa de su maestro, descubriendo que tenía hasta en los pequeños cajones de cada habitación supuestamente para saber si estaba quedándose en la casa de un psicópata.
Tiempo después, cuando Jeon recordó sus palabras le pidió al rubio aquel masaje acordado, pedido que luego de mucha insistencia acabo lográndose, encontrando en ese momento al mayor boca abajo mientras que su alumno recorría su espalda desnuda con sus manos.
Jungkook observando por encima del hombro la incomodidad que debía tener Kim en ese momento pensó en alguna idea para remediarlo. – Tae, súbete encima mía, será más cómodo para ti.
– ¿Disculpa? – preguntó el menor, pensando que había escuchado mal aunque un leve sonrojo comenzaba a extenderse por sus mejillas.
– ¿Qué pasa? Es algo normal, ¿no?
Y aunque realmente lo era dependiendo de la confianza que hubiera entre ambas personas el menor no veía eso de un modo normal después de los pensamientos que había tenido esa tarde con su maestro.
Después de pensarlo por unos segundos, Taehyung accedió a la propuesta del contrario, sentándose a finales de su espalda baja y continuando de ese modo con el masaje.
El menor estaba haciendo su mayor esfuerzo en que su mente no fuera a pensamiento indeseados al pasar las manos constantemente por la tonifica espalda frente suya, pero escuchar los pequeños jadeos de Jungkook por la satisfacción generada complicaba bastante su misión.
Tiempo después, cuando tocó al mayor darse la vuelta, Kim bajo de su espalda y se volvió a colocar a un lado de la cama, que era dónde originalmente estaba.
– Creo que deberías dedicarte en realidad a masajista. – murmuró Jeon con los ojos cerrados mientras disfrutaba los movimientos que hacían aquellas manos sobre su pecho.
Porqué él era el único que lo estaba disfrutando, debido a que el pobre rubio estaba teniendo demasiados pensamientos fuera de lugar al tener la vista de su maestro sin camisa frente suya.
Teniendo una alocada idea, se dejó llevar por sus instintos más primarios sabiendo que se arrepentiría después de la decisión que se encontraba tomando.
– Jeon...¿podría subirme de igual modo ahora? Tenías razón cuándo has dicho que era más cómodo.
El pelinegro, sin tener idea del plan del menor y no dándose cuenta de lo que significaría acepto por el bien de Taehyung, aunque al sentir cómo su alumno se sentaba sobre su regazo entendió el error que había cometido.
Al principio mantuvo los ojos cerrados, fingiendo que no era algo de mayor importancia, aunque realmente el objetivo tras eso era no observar la vista magnífica que tenía delante de él.
Se recordó mentalmente una y otra vez que era su alumno, más aún cuando notaba los pequeños movimientos "accidentales" del rubio sobre su regazo, pero en un momento se rindió, abriendo sus ojos y encontrándose la escena tal y cómo la estaba imaginando en su mente, sin embargo mejoraba demasiado verla en persona.
Ambos mantuvieron el contacto visual por un tiempo, notándose la tensión que había entre ellos en ese instante. Taehyung, siguiendo con su plan, siguió masajeando el pecho del hombre mientras se movía menos disimuladamente, perdiendo aquella vergüenza de un inicio.
Jungkook, por su parte, al sentir el comienzo de una erección sobre sus pantalones poso sutilmente sus manos sobre la cintura del chico, deteniéndolo de cualquier movimiento.
Los dos se quedaron en silencio por un largo tiempo, mirándose fijamente sabiendo lo que estaba sucediendo.
En algún momento las miradas se dirigieron mutuamente a los labios contrarios, acercando poco a poco sus rostros hasta que el timbre de la vivienda sonó repetidas veces, haciendo que recuperando sus sentidos Taehyung bajará rápidamente del regazo de su maestro.– Yo... – hubo un largo silencio lleno de cierta incomodidad – creo que deberías ir a ver quién es, parece insistente.
Jungkook, aún confundido por toda la situación y maldiciendo internamente a la persona tras la puerta, se levanto de la cama agarrando su camisa, poniéndose esta de camino a la entrada.
Al abrirla su sorpresa fue mayor. – ¿Yuna? ¿Qué se supone que haces aquí? – preguntó con sorpresa a la vez que algo de irritación en su voz con solo verla.
Desde ese momento algo se estaba gestando en los corazones de ambos, aunque ahora Jungkook tenía problemas mayores, un percance del cuál había intentando huir, pero que finalmente lo acabó encontrando de vuelta.
Un percance que se llamaba Yuna y era ella misma la que iba a intentar alejar a los dos de cualquier forma, sin importarle el costo que tendría que pagar por sus acciones, porqué no permitiría que Jungkook volviera a alejarse de ella y mucho menos por culpa de un niño cualquiera.
Taehyung se estaba metiendo en una trampa múltiple sin saberlo y Jungkook iba a intentar protegerlo cómo pudiera, aún si eso implicaba tener que tomar decisiones extremas por la seguridad del menor.
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Promise
RomanceKim Taehyung, un estudiante ejemplar, aunque habitando en el infierno siendo él un ángel, un chico que solo era un peón en un juego de ajedrez, pero es el mismo peón el que se cansa de su destino y se propone ser el rey. Jeon Jungkook, profesor de q...