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Se encontraba al frente de la puerta de su casa, sintiéndose cobarde por tener miedo de entrar a su propio domicilio.

El estudiante lograba percibir desde el exterior algunos ruidos fuertes provocados por muebles siendo destruidos en el interior, haciendo que en su cuerpo se generase un leve temblor por lo que podría pasarle al atravesar esa puerta.

Antes de atreverse a entrar tomó su teléfono para silenciarlo, no quería enfadar más a su padre debido a las múltiples notificaciones que estaba recibiendo que sorpresivamente eran de su maestro.

Pudo ojear los mensajes, notando que el contenido de estos era el profesor haciéndole saber que podía contar con él para cualquier cosa, algo que produjo inconscientemente una sonrisa en sus labios.

Guardo el teléfono y ahora con más valentía abrió la puerta, encontrando a su padre en la sala de estar. Sus miradas conectaron, ambas transmitiendo diferentes cosas, por el lado del señor Kim enfado, frustración y una ira incontrolable, sin embargo en los ojos de Taehyung se reflejaba esperanza, confianza y tranquilidad, la misma que le fue arrebata a los pocos segundos.

Su padre se coloca delante suya, mirándolo cómo si fuera lo peor que le podía haber pasado a la humanidad. - ¿Te parece gracioso escaparte por la noche cómo la puta de tu madre para ir a hacerle trabajitos nocturnos a tu profesor?

– No hables así de mamá... – susurró, sorprendido de igual modo porqué supiera dónde había pasado la noche.

– ¿Tu madre? – soltó una risa sarcástica – Tu madre es una perra que en vez de ayudar a su familia salió huyendo, ¿y sabes para qué? Para formar otra familia sobretodo para olvidar a la mierda de hijo que tiene, deberíamos haber abortado cuando teníamos la oportunidad, tal vez de ese modo nunca se hubiera ido.

Taehyung no podía creer las palabras que salían de la boca de su padre, más aún notando que estaba plenamente consciente lo que significaba que de verdad sentía eso por él, aunque en realidad lo que más le impacto fue el descubrir de ese modo que su madre tenía una nueva familia y si se había ido era por su culpa.

Aquellas palabras habían sido los golpes que más le habían dolido de todos los recibidos por su padre, más aún cuando le dijo que hoy no se iba a molestar ni en perder su tiempo pegándole porque sabía que nunca aprendería a no ser un error.

Toda esa información fue demasiada para el pobre chico quién conteniendo las lágrimas salió de la casa lo más rápido que pudo, no pudiendo quedarse más en esa vivienda al sentir cómo hasta el simple hecho de observarla comenzaba a asfixiarlo.

Corrió varias calles, no sabía con exactitud cuantas y tampoco le importaba, solo se detuvo cuándo su cuerpo no podía más y fue en ese momento que se permitió llorar con total libertad, mostrarse indefenso y ser débil.

Entre lágrimas y con las pocas fuerzas que contenía se dirigió al bonito río que podía observar con claridad debajo del puente que se encontraba cruzando y de algún modo consiguió darle algo de paz.

Su madre tenía otra familia y su padre se arrepentía de que fuera su hijo, pero él no quería aceptarlo, no podía aceptarlo, porqué si lo hacía no podría seguir luchando y Taehyung no planeaba rendirse.

Tampoco planeaba volver a su hogar esa noche, necesitaba alejarse por un instante de la alta toxicidad que se concentraba en esa casa, por lo mismo pensó en las opciones que tenía sino deseaba dormir en la calle, aunque tampoco le parecía una idea descabellada.

No podía contar con Sheon, sus padres eran muy estrictos y nunca le habían dejado invitar a una sola persona a su casa, también estaba Dahyun, pero con ella no tenía la suficiente confianza cómo para proponérselo y aunque intentara evitarlo de cualquier forma sabía que su única opción para no dormir en un banco era Jungkook.

A regañadientes y batallando con él mismo decidió aceptar su ayuda, de ese modo también podía comprobar si lo que decía era cierto y si le permitiría pasar otra noche en su casa.

Lentamente, cómo si estuviera meditando su decisión todo el tiempo llamó a su profesor esperando su respuesta algo impaciente.

– ¿Tae? ¿ocurrió algo? – su tono demostraba la preocupación que había en la voz contraría, algo que no pudo evitar emocionar a Kim al ver que realmente parecía importarle a alguien.

– Puedes... – hizo una pausa, tomando fuerzas mientras se limpiaba las lágrimas de su rostro. – ¿Puedes venir a por mí?

– Estoy saliendo, pásame la dirección por mensaje, no tardaré más de cinco minutos. – respondió, para sin dejarle decir algo al respecto colgar la llamada.

Cómo le pidió, Taehyung le mando la ubicación de donde se encontraba confiando entonces en las palabras del pelinegro.

Porqué Kim confiaba en Jungkook, confiaba en que quería ayudarle y sabía que era así, por lo que aunque no lo demostrará comenzaba a tenerle un gran aprecio al pelinegro.

Tanto él cómo su cuerpo se encontraban cansados y solo por ese día, solo por hoy, iba a permitirse descansar, reponer fuerzas, para al día siguiente afrontar esa realidad, la misma realidad que se había encargado de tapar y negar su existencia, una realidad que se había prohibido aceptar.

Aunque el destino del joven rubio era el cielo no podía alcanzarlo hasta salir de aquella jaula que le atormentaba, no podría alcanzarlo hasta que escapará de una jaula que el mismo había construido.

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