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Tal cómo había dicho anteriormente, Jungkook volvió a los pocos minutos con una bolsa en la mano que situó al lado del estudiante.

Sin entablar conversación saco unas vendas y una crema de la bolsa, acercándose a su brazo, mientras miraba a Taehyung en busca de su permiso.

– ¿Puedo? – preguntó con delicadeza mientras mantenía el contacto visual con el rubio.

Taehyung sin atreverse a mirarle asintió avergonzado, se sentía tan patético en este momento. Su maestro estaba encargándose de curar sus heridas y de poner crema para rápida cicatrización en cada uno de sus moratones, tanto actuales cómo pasados y él solo podía lamentar esta escena.

– Lo siento – murmuró en un susurro, sabiendo que tenía que haber sido cansado tratar con él y más aún haberlo tenido que llevar en brazos.

– No debes disculparte, está bien. – se quedó un momento en silencio, pasando crema por otro de sus moratones. – Eres Taehyung, ¿cierto?

En ese momento el alumno no sabía si sentirse más apenado o comenzar a llorar al notar que su profesor le había reconocido con solo haber dado una simple clase, por lo que sin ánimos asintió fijando la mirada en cualquier cosa que pasara al frente.

– Recuerdo mis palabras y sé que dije que no te iba a preguntar al respecto, pero no puedo dejar pasar esto, lo lamento. ¿Cómo acabaste en este estado? Y por favor, no me digas que te caíste por las escaleras o algo parecido.

Taehyung aguanto la respiración por unos segundos al escuchar la pregunta, notando cómo Jungkook había terminado su trabajo y volvía a tomar la bolsa en sus manos. 

– Yo... simplemente paso, debo volver a casa, muchas gracias, profesor.

Antes de que el alumno pudiera hacer el intento de levantarse ya era retenido por el pelinegro, el cuál nego con su cabeza y saco de la bolsa un pequeño snack y una botella de agua los cuales le entrego.

– No puedes irte en ese estado, Taehyung y no hace falta que me trates cómo tu maestro fuera de la universidad. – puso la bolsa al lado del rubio y se sentó seguidamente en el banco junto a él. – Escucha, ¿no puedes llamar a algún familiar para que venga a recogerte o deseas que te deje en tu casa? Necesito saber que vas a tener alguna persona que te cuide.

El rubio al escuchar la mención sobre su casa se estremeció levemente negando con su cabeza cómo respuesta.

– ¿Vives solo? – nuevamente Taehyung volvió a negar con la cabeza. – ¿Fueron ellos? – silencio, Taehyung está vez se mantuvo inmóvil siendo esa la respuesta que necesitaba Jungkook. – ¿Tu madre? – otra negación. – ¿Tu padre?

– No sé que esperas que responda, señor Jeon. – susurro Kim mirando al suelo.

– Fue tu padre, ¿cierto? – Jungkook mantuvo su vista fija en el chico delante suya, intentando darle apoyo con ello, pero al ver cómo lágrimas comenzaban a salir de sus ojos se arrepintió enormemente de sus preguntas. – Lo siento. – poso su mano en el hombro de su alumno, dándole una pequeña caricia como muestra de afecto o tal vez para que supiera que él estaba a su lado.

Taehyung dejo a un lado la comida que sostenía entre sus manos, ocultando cómo podía su rostro, sintiéndose patético al volver a ser débil, al volver a ser preso de sus emociones.

Jungkook se quedó en silencio, nunca había sido bueno para consolar a los demás. El ambiente era incómodo hasta que Taehyung en busca de un refugio, un lugar seguro o algo de cariño abrazo al pelinegro cómo si fuera su única salida del infierno.

El profesor correspondió a su abrazo, acariciando levemente su espalda y permitiendo que se desahogara y escuchando lo que decía Taehyung entre sollozos, dejando que se liberará de la carga que llevaba.

– Papá cambio mucho estos años. – murmuró escondiendo su rostro en el pecho del contrario. – S-solo quería que todo fuera cómo antes...

Cuando Taehyung fue consciente de lo que estaba haciendo rápidamente se alejó de su maestro recuperando su lugar inicial en el asiento.

– Disculpa. – antes de que Jungkook le respondiera interrumpió su turno para liberarse completamente, intentando con eso que la cadena que tenía alrededor del cuello se aflojara un poco. – Mi padre era...es alcohólico, al principio era consciente de lo que hacía, pero después comenzó a volverse violento y cada error que tenía significa insultos, gritos o castigos. Tiempo después su humor empeoró y por cada mínima cosa acababa cómo hoy.

Hubo un silencio entre ambos, donde Jungkook agradecía por la confianza y sinceridad de Taehyung, mientras este se sentía indefenso al lado del contrario al haber contado su mayor secreto.

Jungkook no dijo nada, pero abrazo fuertemente al cuerpo frágil al lado suyo, dándole a entender que aunque no se conocían el uno al otro él estaría para lo que necesitara aún siendo su profesor.

– No puedes volver a esa casa, Tae, no sabes a que extremo podría llegar un día de estos.

– No puedo dejarlo solo, tengo que volver, seguramente esta preocupado por mí. – dijo separándose del abrazo mientras débilmente se ponía de pie.

Con cuidado el pelinegro tomó su muñeca, soltando un pequeño suspiro y negando con su cabeza, no podía dejar que se fuera, no podía volverlo a mandar a la boca del lobo.

– Hoy no puedes volver, tu cuerpo no resistiría más, ¿no puedes quedarte en la casa de algún amigo? – Taehyung negó con su cabeza aferrándose a la idea de volver a su hogar. – Bien, por lo menos déjame anotarte mi número, por si necesitas algo poder llamarme.

Después de largos minutos donde Taehyung decía cualquier cosa para no intercambiar números de teléfonos argumentando que sería extraño que él cómo alumno tuviera el teléfono de su profesor, Jungkook acabo ganando, consiguiendo en ese instante tener el teléfono de su alumno en las manos mientras anotaba su número.

Por obra del destino, cuando iba a devolverle el teléfono a su propietario se sorprendió al ver el mensaje que recibió, donde un contacto agendado cómo "Papá 💗" amenazaba al pobre chico con acabar con su vida cómo no regresara. Jungkook deslizó la notificación, para evitar que fuera descubierta por Taehyung y sin meditar lo que diría a continuación lo soltó cómo si nada.

– ¿Y si duermes esta noche en mi casa? No me malinterpretes o algo parecido, pero no me quedaría tranquilo al saber que regresas a esa casa. – comentó, devolviéndole el teléfono.

Taehyung se quedo paralizado con la pregunta, no sabiendo cómo reaccionar, pero al notar lo terco que era el mayor sabía que no tenía mayor opción, aunque ciertamente agradecía la seguridad que sentía a su lado.

El pelinegro no iba a aceptar un no cómo respuesta, porque silenciosamente había hecho una promesa con el rubio ese noche. La promesa de cuidarle y protegerle hasta que el pueda abrir sus propias alas y volar, huir lejos de aquí y escapar de todo lo que lo tiene enjaulado cómo un pájaro.

A Jungkook no le importaba que fuera su alumno, desde ese momento iba a intentar que viera que no estaba solo y que realmente él puede ser libre. Porqué capaz Jungkook solo quería que Taehyung fuera libre y tuviera el control de su propia vida, cosa que el no pudo tener.

PromiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora