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Después de una larga conversación llegaron a un trato ambos, donde Taehyung dormiría en la casa de su maestro esa noche pero con unas condiciones o así se había encargado de explicárselo al mayor.

– Número uno, no puedes contarle a nadie sobre lo de mi padre o lo de dormir esta noche en tu casa, no quiero tener fama de que me acuesto con profesores por buenas notas o que mi padre salga denunciado.

Jungkook en ese momento no había interrumpido al menor, solo esperando que continuará con sus condiciones.

– Número dos, solo por esta noche, después de esto nuestra relación será únicamente de maestro y alumno. – al ver cómo el pelinegro iba a interrumpirle rápidamente prosigio con la última. – Y por último, número tres, más te vale que no pase nada extraño o raro en tu casa, también que si tienes esposa, novia o lo que sea le aclares la situación, no quiero más golpes hoy.

A Jungkook le pareció gracioso la última condición por lo que entre risas y negando con la cabeza le aclaro el porque no debía preocuparse por ello.

Y de ese modo, ambos se encontraban en el apartamento del mayor; para sorpresa de Taehyung el ambiente era cómodo, hasta podría decir que sentía que podía hablar con Jungkook sobre cualquier tema, ya que en este tiempo que habían compartido una de las cualidades que había descubierto del contrario era su facilidad para iniciar conversaciones.

– Mi apartamento es algo pequeño, perdona, por lo mismo solo tiene una habitación. – al ver la cara de confusión de Taehyung, el pelinegro continuo hablando. – No te preocupes, yo dormiré en el sofá, no quiero incomodarte.

– Debería dormir yo en el sofá, a fin de cuentas esta es tu casa.

Negando con la cabeza, Jungkook se dirigió a la cocina, notando cómo el menor le seguía sin saber muy bien que debía hacer.

– Debes descansar bien y recuperarte, por lo mismo prepararé la cena, tú ve a ducharte de mientras, puedes tomar algo de ropa de mi armario.

– No voy a causarte tantas molestias, usaré la misma ropa que tengo puesta. – se quedó unos segundos en silencio, para finalmente volver a hablar – Gracias Jeon.

Cómo apropósito para que Jungkook no pudiera contradecirle o preso de la vergüenza fue directamente hacia el baño lo más rápido que pudo cerrando la puerta detrás suya.

Jeon antes de comenzar a cocinar tomó la ropa de la talla más pequeña que encontró en su armario debido a la diferencia corporal que había entre ambos y la puso encima del sofá, para que al salir aquel pequeño rebelde se vistiera con ella aún no le agradase demasiado la idea.

Volvió a la cocina y comenzó a preparar algo básico que podría gustarle a cualquier persona del planeta, debido a que no sabía que gustos tenía Taehyung.
Cuándo se encontraba haciendo el emplatado el teléfono del menor comenzó a sonar, dándose cuenta de que este había sido dejado en el mueble de la entrada.

Curioso por ello, se dirigió hacia él, notando que quién le llamaba era su padre. Jungkook sabía perfectamente lo que podía pasar si contestaba ese teléfono, pero también sabía a lo que se enfrentaba si no lo hacía, por lo que lo tomó y acepto la llamada, colocando el teléfono en su oreja.

Lo primero que escucho fueron miles de insultos y maldiciones desde la otra línea, múltiples amenazas de muerte e incluso logro identificar la desesperación en la voz contraria, para cuando el silencio invadió la llamada tomarse unos pocos segundos para detenerse a pensar que decir.

– Buenas noches, señor. Soy Jeon Jungkook, el profesor de su hijo, lo encontré en una de estas calles apunto de desmayarse debido al estado en el que se encontraba su cuerpo, por lo mismo espero que no le moleste si se queda esta noche en mi hogar para mañana ser llevado al hospital a revisar la gravedad de sus heridas.

Cómo esperaba el pelinegro, al señor no parecía importarle en lo más mínimo su hijo, solo se quejaba constantemente, ni se molestaba en fingir al menos algo de preocupación por lo que era evidente que Taehyung no estaba seguro a su lado.

La conversación paso de dirigir sus amenazas a su propio hijo a dirigirlas al maestro de este, anunciándole que planeaba denunciarle por secuestro. Cuándo Jungkook iba a contestar notó cómo la puerta del baño estaba siendo abierta, por lo mismo colgó la llamada con rapidez, no queriendo aumentar su dolor de cabeza o preocupar al menor.

Dejo el teléfono en su sitio inicial, aprovechando que Kim no se había dado cuenta de lo que hacía en la entrada, para regresar a la cocina y terminar lo que antes continuaba haciendo.

– Te deje ropa sobre el sofá, puedes ir a cambiarte mientras termino esto.

Taehyung negó con la cabeza, soltando una pequeña risa mientras miraba a Jungkook con un enfado fingido y tomaba la ropa del sofá.

– Si que eres terco. – mencionó, para después volver a desaparecer por la puerta del baño.

La noche continuo con tranquilidad, ambos compartieron una cena agradable, donde hablaban de temas triviales e intentaban ver si tenían gustos en común, aunque eran todo lo contrario, hasta en lo más típico.  Y aunque hubo una nueva discusión por quién dormía en la cama, Taehyung volvió a perder esta.

Una simple casualidad que había unido sus destinos. Taehyung se preguntaba que hubiera pasado con él ese día si el pelinegro no hubiera estado en esa calle, cómo estaría su padre y sobretodo si lo extrañaría.

Por el otro lado, Jungkook, durmiendo victorioso en el sofá no podía dejar de maquinar diferentes planes para que el menor no lo alejará de su lado a la mañana siguiente, porqué él no estaba haciendo eso por lástima o pena, él lo hacía porqué realmente disfrutaba de la compañía del contrario y se preocupaba por Taehyung, por lo mismo no iba a permitir que volviera a esa casa.

Ambos sin saberlo se encontraban en los pensamientos del otro, siendo eso para uno la razón de su locura y para el otro de su felicidad y posiblemente el motivo del porque a ambos les costó tanto dormirse esa noche o tal vez, el miedo que tenían los dos por lo que ocurriría la mañana siguiente.

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