2

12 3 0
                                    

El cuerpo del rubio ya no resistía más, cada paso que daba sentía que podría caerse y perder la consciencia, pero Taehyung ya no quería ser débil, no de nuevo, estaba cansado de siempre sentirse indefenso.

La gente a su alrededor no parecía preocuparse por él, lo miraban de diferentes formas, pero podía ver en todos esos ojos los mismos pensamientos: desaprobación, vergüenza y asco. Y él estaba de acuerdo con ellos, se avergonzaba de estar así, pero no quería...no podía volver a esa casa ahora mismo, necesita algo de aire aún no pudiese ni mantenerse de pie, necesitaba sentir que era libre.

Cuándo sus pies no pudieron aguantar su determinación por seguir adelante acabo cayendo en la calle y fue en ese momento que varias personas comenzaron a acercarse al cuerpo sin fuerzas que se encontraba tumbado boca abajo en la acera.

Entre tanta gente, uno en particular resaltaba del resto, porqué ese joven no parecía querer lo que venía a buscar el resto de personas. Él no buscaba respuestas, no quería que Taehyung se levantará e hiciera cómo si nada hubiese ocurrido, él deseaba ayudarle, tenderle la ayuda que necesitaba, él quería ver brillar a ese chico.

Cansado de la indiferencia de la gente y que nadie se tomará la molestia de preguntarle al joven por su estado, Jungkook se acercó al cuerpo tocando con una de sus manos el hombro del muchacho.

– ¿Cómo te encuentras? ¿Puedes levantarte? – preguntó, en un tono suave, para transmitirle confianza y que estaba a salvo.

– No necesito vuestra ayuda. – dijo aún contra el suelo, pero al ver que nadie le hacía caso levantó la cabeza, con las pocas fuerzas que le quedaban para ponerse de rodillas en el suelo. – ¡No necesito vuestra ayuda!

En ese momento la mayoría de personas comenzó a alejarse de él, soltando maldiciones en su dirección o llamándole desagradecido, pero Jungkook al reconocer el rostro que vio esta mañana ahora cubierto de moratones se quedo a su lado.

Cuando notó que el cuerpo del joven volvía a perder su fuerza y en pocos segundos se caería de nuevo contra el suelo lo agarro con rapidez, para seguido de ello cargarlo en sus brazos.

– ¡Suéltame! – comentó, proporcionándole golpes al pecho contrario e intentando soltarse cómo fuera posible.

– Escucha, no te estoy intentando secuestrar ni nada parecido, pero no creo que desees ser un espectáculo de esa gente sin vida. No te voy a obligar a hablar o a decirme cómo acabaste en este estado, pero mínimamente déjame ayudarte.

Taehyung observó el rostro contrario reconociendo quién era en el momento, la vergüenza invadió todo su cuerpo no pudiendo evitar tapar su rostro con sus manos en un intento inútil de que su maestro no le reconociera.

El camino fue silencioso hasta que Jungkook detuvo su paso y sentó al estudiante en un banco de un parque tranquilo en un intento de buscar un sitio dónde el contrario pudiera sentirse cómodo y sin presiones.
Y él, se puso en frente suya en cuclillas. 

– Sé que esto debe ser incómodo, pero trato de ayudarte, ¿podrías quedarte aquí mientras voy a comprar algo para curarte? – apuntó hacía donde estaba una tienda de conveniencia en la calle próxima a dónde se encontraban.

– ¿Por qué? ¿Por qué no puedes ser cómo el resto de personas que simplemente se fueron?

Hubo en silencio entre ambos, antes de que Jungkook se pusiera de pie y soltará un suspiro. – Solo quédate aquí, por favor.

Taehyung observó cómo su profesor se alejaba y cómo le había dicho anteriormente entraba en esa tienda.
Intentó ponerse de pie, alejarse de allí y evitar al hombre que acababa de marcharse, pero él sabía que sus pies no eran los únicos que se rehusaban a moverse.

¿Tan malo era confiar en alguien de nuevo? Sabía que nadie le iba a ayudar ni en este momento ni en ningún otro, solo usarían esa debilidad para tener algo de él en un futuro, pero cuando pudo ver los ojos de Jungkook no encontró en ellos algo que pudiera lastimarle, algo que le comunicará que no hacía esto por él sino por querer algo suyo, al contrario, encontró preocupación, calma y sobretodo una salvación.

Capaz esta podía ser la última oportunidad que tendría para escapar del infierno y Taehyung no estaba dispuesto a desaprovecharla aunque fueran unos simples minutos.

Por lo que aún dudando de su elección, miro cómo Jungkook pagaba su compra y la guardaba en una bolsa de plástico, entonces se convenció a si mismo de que podía volver a confiar en que las personas aún no habían sido infectadas completamente por la crueldad y que haría lo posible porque el barco que manejaba no acabará hundiéndose de nuevo.

PromiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora