˚₊★₊˚ˑ༄ؘ 𝑻𝑯𝑬 𝑩𝑨𝑳𝑪𝑶𝑵𝒀
❝ La joven modelo y poetisa siempre había estado muy apegada a sus amigos y a su ciudad. Roma era todo lo que le inspiraba, pero los ojos azules de Victoria De Angelis era todo lo que necesitaba para...
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𝐉𝐔𝐋𝐈𝐄𝐓𝐀.
Había perdido la cuenta de las horas que llevaba fumado en el balcón de la habitación; pero a diferencia que de costumbre, me encontraba en el piso 2ºA, donde se alojaban los chicos. Ello se debía a que las llaves de mi piso compartido con la rubia las había dejado dentro de esta, y la otra copia la contenía la susodicha. Las únicas llaves que había encontrado eran las de aquel piso donde habitaban los varones, las cuales estaban debajo del felpudo frente a la puerta de este. Aquel dato era curioso y gracioso, ya que solo lo conocíamos nosotros y siempre nos sacaba de un apuro.
La habitación de Damiano. En el balcón de aquella era donde disfrutaba del último cigarrillo de mi caja y miraba al infinito. Hacia minutos que me había percatado de que el sol estaba empezando a salir, rodé los ojos por ello. Eran a penas las siete de la mañana y los músicos no se habían percatado de aquello ni pretendían volver a casa, al parecer. No tenía idea de por qué, pero esperaba que al menos Ethan o Thomas me enviaran un mensaje de texto para ver que tal me encontraba. Aún así, estaba conforme con su decisión de no hacerlo, pues para mentirles y decirles que todo estaba bien, prefería guardar silencio. Tras horas sumergida en mis pensamientos y calmando mi vicio en soledad, calmé mi rabia contra el cantante de la banda. En parte, aunque no llegaba a comprender del todo sus actos ni palabras, me dolía algo menos sus actitudes contrastándolas con la de la rubia. Había derramado algunas lágrimas pensando en la discusión que horas atrás habíamos mantenido, recordando su tono arrepentido y también la rabia en sus preciosos ojos azules. Para ser sincera, odiaba ver enfadada a Victoria, fuese con quien fuese, pues podía asegurar haberla encontrado furiosa contra Damiano numerosas veces desde que la banda comenzó a tomar forma; Pero esta vez era diferente, era contra mí con quien había discutido de mala manera, y aunque me buscase para disculparse no sentía que aquello se hubiera arreglado, pues así era.
