último suspiro

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—Cariño, estoy que muero del cansancio —se queja Taemin al ver a Minho cargar a Eunji en sus brazos.

El festival deportivo de fin de año fue organizado por los padres de familia y Minho, a pesar de que Taemin le rogó, se hizo cargo casi de todo, incluso de entrenar con Eunji para que ganara la carrera de equipos.

—¡Ganamos! —gritan felices.

Sin embargo, a pesar de todo el cansancio, no puede quejarse al ver a Eunji y Minho festejar con sus medallas después de haber ganado la competencia de equipos de padres e hijos.

—Mi amor —Minho se acercó a darle un beso en la boca—, gracias por todo.

El corazón de Taemin no se detuvo por el beso solamente, fue por ese agradecimiento. Quiso llorar, es que era ver a Minho tan contento con Eunji, compartiendo tiempo de calidad juntos, ganándose su corazón sin hacer el menor esfuerzo.

Al volver a casa, compran la cena y todo lo que necesitan para no salir de casa todo el fin de semana.

Mientras Taemin le da un baño a Eunji, Minho ordena todas las compras, y recalienta la cena para que ella coma algo antes de quedar completamente dormida. Eunji casi se queda dormida en los brazos de Minho después de su tercer bocado.

—Bebé, vamos a lavarnos los dientes antes de dormir.

—Tengo sueño —se queja ella.

—Será rápido, yo te ayudaré.

Ella estuvo cepillándose los dientes todas las noches, como parte de su entrenamiento, y ahora ella está casi dormida un par de veces con el cepillo en la boca y Minho se apresuró a que se enjuague y luego arroparla.

Taemin toma una ducha después de comer, casi engullir, la cena, usando lo último que le queda de energías antes de derrumbarse sobre la cama. Minho hace lo mismo después de dejar dormida a Eunji.

Han pasado varios meses desde que sus vidas se han estado mezclando y Minho ya es parte de la vida de ambos y ambos son parte de la vida de Minho.

Taemin tiene una sonrisa en la cara, pensando en todo lo que pasó después de que decidieron tener citas y luego formalizaron. Jinki quién ya vivía en la ciudad, fue el primero en enterarse que se casarían pronto. Kibum se autonombró el organizador de la boda, aunque será algo pequeño y familiar.

La nostalgia lo invade mientras siente a Minho meterse bajo las sábanas de la pequeña cama. Pronto se despediría de ese departamento que lo vio existir de la forma más miserable posible hasta contener su corazón lleno de felicidad; lleno de Eunji y Minho.

—¿Todo bien? —preguntó Minho mientras acaricia su costado.

—Demasiado bien —contesta mirando la silueta de la cara de su amado, sonriéndole—. Siento que ya no puedo más conmigo mismo —confiesa acariciando el rostro que sonríe y besa la palma de su mano—. Me haces tan feliz.

—Esa es mi línea —Minho hace un puchero acariciando las piernas que se enredan con las suyas bajo las sábanas, sabiendo que no pueden tener más, que podría perder el control, el poco que tiene, con el que ha estado lidiando este último tiempo.

—Mi amor —saboreó cada letra antes de terminar con la distancia entre ambos, olvidando lo cansado que estaba por el día tan movido—, hagámoslo —rogó—, sé que quieres que sea diferente, y créeme —rogó aún más— es y serás lo mejor que me pudo haber sucedido; todo es hermoso contigo.

No es lo que pedíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora