♰ Capítulo 20 ♰

174 19 2
                                    

Altísimo, líbrame del pecado

Maia Walker

Tenía las manos escondidas en los bolsillos de mi largo abrigo, sobre el que caía la blanca nieve. Podían oír mis pasos, lo cual me daba la sensación de que todo el pueblo podía oírlos.

Saqué mis manos de mis bolsillos y las pasé por el cabello que no era cubierto por mi gorro, peinándolo un poco. A pesar de haber pasado casi dos horas frente al espejo, sentía que no era suficiente.

Estaba bastante abrigada, lo cual me hacía sentir cómoda.

Cuando pude ver el parque a unos metros, mi estómago dio un vuelco que me hizo presionar los labios y dudar si seguir con esto. Eran pasadas las once y media...

¿Que estaba haciendo ahí?

Me detuve un par de segundos y pensé bien las cosas.

No quería estar en casa, no con todos aquellos pensamientos invadiendo mi cabeza. Con Heist me sentía cómoda, me hacía reír y me hacía olvidar de toda situación mala. Me gustaba estar con él.

Suspiré y seguí avanzando. No estaba haciendo nada malo, ¿verdad?

Bueno, para empezar, ya estaba mal que estuviera escapando de casa para ver a un chico en la noche, pero... no estaba haciéndolo por algo malo. Solo quería pasar un bonito momento con Heist.

¿Eso estaba mal?

Y si no lo estaba, ¿por qué se sentía de esa forma?

Cuando llegué al parque, evalué todo. Se suponía que él ya debería estar acá, de hecho yo estaba llegando con retraso.

A lo lejos, un poco en la oscuridad, observé una silueta sentada en uno de los bancos. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Caminé de manera tranquila hacia aquella persona, tratando de aclarar la vista y notar el rostro de quien podría ser Heist.

Cuando estuve más cerca, me detuve en seco al notar que su cabello no era rubio. Me sorprendió y asustó la idea de que alguien esté sentado solo en la noche.

Usualmente, los únicos que salía de noche eran los jóvenes "rebeldes" y ellos siempre estaban en grupo.

-Al fin llegas - oí detrás de mí, haciéndome saltar y girar. Heist tiene una sonrisa ladina y me ve directo a los ojos.

-Lamento la demora - dije con sinceridad y miré por sobre mi hombro. La persona ya no estaba sentada en la banca, lo cual me hizo fruncir el ceño.

-Tranquila, aunque por un momento pensé que no vendrías - dijo Heist, soltando una risita, lo volví a ver.

-No te dejaría plantado - sonreí de vuelta.

-¿Quieres caminar un poco? - consultó, poniéndose a mi lado para ver el parque.

-Claro - ambos empezamos a caminar en un silencio cómodo, uno al lado del otro -. La noche está muy hermosa - dije, alzando la cabeza para mirar el cielo mientras avanzábamos. 

-No solo la noche - oigo decir al rubio. Vuelvo mi mirada a él, quién ya tenía la suya puesta en mí. 

No estaba segura de que si había entendido correctamente o solo era un error de mi parte, por lo que solté la respuesta más vaga e imprecisa posible:

-¿Ah? 

Heist rió levemente, pero no apartó su mirada de mí. 

 -Estás hermosa, Maia - dijo directamente, lo cuál me dejó paralizada por completo y dejé de mover mis pies para verlo con cierta incertidumbre y sorpresa -. Siempre eres hermosa, obviamente, pero esta noche... - hizo una pausa para acercarse a mí y quedar frente a frente - esta noche no puedo dejar de verte. 

Rompiendo Lo Coherente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora