¡Que buena canción! Perfecta para dasmayarnos
Maia Walker
Lunes por mañana, veía por mi ventana como el viento movía las ramas de los árboles. Suspiré triste, hoy era el día en el que teníamos que volver a la escuela.
Me alejé de la ventana, dirigiéndome a mi cama para tomar mi mochila y pasarla por mi hombro. Camino a la puerta y antes de salir me veo al espejo, el uniforme estaba perfectamente planchado, la falda cubría más abajo de mis rodillas, los botones de mi camisa estaban bien abrochados y el nudo de la corbata bien hecho. Traía un abrigo enorme pero que me abrigaba lo suficiente.
Miré mi mano derecha, en el dedo índice descansaban dos anillos, uno era el mío y el otro el de Matt. Respiré hondo y traté de pasar el nudo de mi garganta que parecía querer ahogarme.
Con eso, me di la vuelta y salí de mi habitación, cerré la puerta y con todas mis fuerzas evité mirar el cuarto de Matt. Bajé las escaleras y vi a mis padres, mi madre terminaba de cocinar el desayuno y mi padre leía el periódico mientras estaba sentado en la mesa.
-Buenos días – saludé mientras pasaba por el comedor.
-Buen día, querida – dice mi madre amorosa, mientras que dejaba un plato con panqueques sobre la mesa – toma asiento.
-No gracias, ahorita llegan Rhett y Cindy a recogerme, voy a esperar afuera – digo sin interés, tomando mis llaves del platito de descansaba sobre la mesita de la entrada.
-Pero debes comer algo – dice mi padre serio.
-No se preocupen, no tengo hambre – digo abriendo la puerta – ya me voy a la escuela.
-Maia – llama mi padre antes de que cruce la puerta, yo lo miro – hemos sido comprensivos contigo, más permisivos y menos estrictos, pero tenemos reglas, lo recuerdas, ¿no?
Trago grueso.
-Si... lo siento, fui grosera.
-Sí, deja de aprovecharte de la situación. No creo que quieras que volvamos a ser como antes – dice firme, un escalofrío me recorre la espalda al solo pensar en eso, niego rápidamente mientras remojo mis labios –. Eso creí – me dice autoritario, mi madre baja la mirada – que tengas buen día, espero que en la noche no tengas la misma actitud que ahora.
Asiento levemente.
-Claro, papá, lo siento – digo, bajando la mirada –. Que tengan buen día – me giro y salgo de la casa, cerrando la puerta detrás de mí, en ese momento al fin puedo respirar, exhalando todo el aire que tenía retenido.
Doy unos pasos por el camino de la entrada, siento una mirada y alzó la cabeza para buscar quien me observaba, encontrándome esos ojos azules grisáceos.
Heist.
Él me veía desde su auto, atento. Estaba solo y parecía estar esperando a sus hermanos. Quise avanzar en su dirección para pedirle perdón por mi actitud en el columpio, aquella vez. Mis pies vaciaron, pero cuando tomé la decisión de ir hacia él, un auto llegó y se estacionó justo frente a mí. Pestañeo sorprendida por la rapidez y cubro mis oídos por el chirrido de las llantas.
-Hola, Mai – oigo la voz de Rhett con algo de entusiasmo, lo veo en el asiento del conductor.
-Hola, Rhy – le digo con cariño, muevo un poco la cabeza para ver a Heist aún viéndome.
-¡Hola, Maita! – dice Cindy, sacando la cabeza por la ventana de los asientos traseros, sonrío por los apodos.
-Hola, Cid – digo, me encamino al asiento del copiloto y dejo mi mochila ahí. Saludo a Cindy con un beso en la mejilla y miro a Rhett.
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Rompiendo Lo Coherente
FanficEn un pueblito todos se conocen, o al menos eso se cree. Muertes se hacen presentes y secretos son revelados. No todo lo que vemos es real y no todo de quien dudamos es el culpable. Para ellos eso es claro, ambos son tan similares y tan opuestos a...