♰ Capítulo 13 ♰

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¡Tin! ¡Tin! Un funeral para el monstruo

Maia Walker

Sábado por la mañana, casi una semana desde que Matt se había quitado la vida. 

Nos encontrábamos en casa almorzando, estábamos en silencio. Toda la semana habíamos estado en silencio, apenas y hablábamos para lo necesario. 

El teléfono sonó sobresaltándome por el repentino ruido y la fuerza con la que sonó en la casa. 

Mamá se iba a parar para ir a coger el teléfono, pero papá la detuvo.

-Yo voy, cariño - dice en voz baja y se para de la silla para ir a contestar - ¿Bueno? - responde papá tranquilo - Si - su ceño se frunce y luego abre los ojos grandemente - Oh, por el Altísimo - dice en un susurro, luego de escuchar un momento vuelve a hablar - por supuesto, gracias por avisarnos, que el Altísimo esté con usted - cuelga y nos mira. Mamá y yo nos miramos con miedo.

-¿Qué pasó? - pregunta mamá, papá parece pensar la situación - Fort, habla - pide mamá asustada. 

-Encontraron el cuerpo del líder hoy en la mañana, se ha suicidado - nos da la noticia, mamá y yo abrimos los ojos exageradamente ante lo dicho - su familia recién ha llegado hoy del retiro y lo encontraron colgado, su cuerpo se estaba descomponiendo - añade dejándonos sorprendidas - El funeral es hoy mismo, su cuerpo no resistirá mucho más, está muy descompuesto, desean enterrarlo lo antes posible - culmina y yo aparto mi plato de mí, estoy sorprendida y mis lágrimas se acumulan en mis ojos. 

Nuestro líder se había suicidado. 

† † †

El funeral era doloroso para todos, veía como la mayoría lloraba, aunque mis ojos estaban cristalizados, no podía llorar estaba prácticamente deshidratada. 

La señora Philips dio la despedida a su, ya fallecido, marido. Veía como Carter tenía los ojos rojos a más no poder, al igual que sus hermanas. 

Cuando la ceremonia llegó a su fin, y el ataúd del líder estaba enterrado, me dirigí hasta donde se encontraba Carter. 

-Que el Altísimo esté contigo - le digo a Carter, este voltea a verme, sus ojos totalmente rojos.

-Que así sea - dice en susurro apenas audible, la gente se estaba yendo del cementerio luego de darle las condolencias a la Sra. Philips y sus hijas que estaban a su lado. 

-Mis condolencias por tu perdida, Carter - digo débilmente y apenas audible, bajé la mirada al sentir el dolor en sus ojos. 

-Gracias - dice viendo la tumba de su padre - Lamento tu perdida, apenas me enteré - dice, por el recordatorio siento como si una herida, aun abierta y quemando, fuera presionada y sobada con alcohol. 

-Gracias - digo en un susurro apenas audible, en mi garganta siento un nudo que apenas y me deja respirar. Al parecer, Carter lo nota.  

-Perdón, golpee la herida - dice dándose cuenta de lo sucedido - lo lamento, pero quería que supieras que estoy para ti - añade y yo sonrío levemente.

-Yo también estoy para ti - digo y me acerco para abrazarlo fuertemente, este corresponde el abrazo y se aferra a mí como si su vida dependiera de ello. Suelta sollozos en mi hombro y yo acarició su cabello en apoyo. El cuerpo de Carter flaquea y sus piernas pierden fuerzas, sostengo su peso, pero sólo para amortiguar la caída, ambos caemos sobre nuestras rodillas contra el frío césped. 

Carter suelta sollozos y yo lo trato de consolar. 

Ambos nos quedamos así por un buen rato, Carter está apoyado sobre mi cuerpo mientras sus brazos aún se encuentran en mi cintura en un abrazo lleno de dolor. Cada cierto tiempo suelta sollozos y siento como mi vestido esta mojado por sus lágrimas. 

A lo lejos veo a Leigh viéndonos, me tenso ante su mirada, pareciera que me quisiera matar a golpes y sepultarme bajo 400 metros de tierra. 

Carter parece notar mi tensión y se aparta de mi levemente, ve como miro por detrás de él, el muchacho voltea a ver detrás de él encontrándose con una Leigh echando chispas y queriendo ahorcarme. 

-ASH - dice quejándose para volverme a abrazar y enterrar su rostro en mi cuello.

-¿No quieres ir con Leigh? - pregunto débilmente.

-No - dice rotundamente - hoy no quiero fingir - su voz se rompe aun más y me abraza aun más fuerte, me rompe el corazón y correspondo nuevamente el abrazo con mucho cariño. 

-Claro - digo tratando de darle mi apoyo, acaricio su cabello suavemente. 

Siento una mirada a mis espaldas pero no me volteo, no deseo ver quien mas me quiere matar. 

Luego de un rato más la Sra. Philips se acerca a nosotros. 

-Carter, hijo, nos tenemos que ir - me reconoce y sonrie levemente - Que el Altísimo esté contigo, cariño - me dice triste.

-Que así sea, Sra. Philips - Carter se separa de mí y se levanta para ofrecerme su mano, yo la tomo y miro a su madre - Lamento su perdida - digo, mi voz mezclada de tristeza y aflicción.

-Gracias, Maia - dice triste - lamento tu perdida, apenas y nos enteramos - dice y yo asiento tratando de que no sea tan doloroso como con Carter. 

-Gracias, Sra. Philips - digo amable y le brindo una leve sonrisa. 

-Adiós, Maia - dice Carter y me vuelve a abrazar brevemente.

-Adiós, Carter - me despido devolviéndole el abrazo. 

-Cuídate mucho, Maia - me dice la Sra. Philips para luego abrazarme brevemente.

-Gracias, Sra. Philips, igualmente, cuídese mucho - le devuelvo el abrazo. 

Ambos se alejan de mi y veo como Carter aún suelta sollozos, volteo y doy un salto.

-¡Ay! - digo poniendo mi mano en mi pecho por la impresión de ver delante de mí a Leigh - Que el Altísimo esté contigo, Leigh - digo cuando me calmo.

-Qué así sea - dice fría - Lamento tu perdida, no te lo pude decir antes - dice, su expresión sigue siendo su perdida. 

-Gracias - digo tranquila - supongo - susurro al no entenderla.

-Tenía un futuro prometedor ¿cierto? - pregunta, sé sus intenciones y no caeré.

-Cierto, tenía mucho futuro - digo tratando de mantener la calma.

-Si - dice y juega con sus manos, pero no tiene nerviosismo - No entiendo como tu hermano llegó a ese extremo de quitarse la vida - dice, yo me tenso ante sus palabras y la frialdad para hablarme de un tema tan delicado como esto. 

-Si - solo digo eso y la miro a los ojos, mi frialdad parece ponerla nerviosa.

-¿Se puede saber que hacías con Carter? - pregunta casual y cambiando de tema.

-No, no puedes saber - digo ya bastante irritada por sus palabras - adiós, Leigh - culmino y camino lejos de ella, me acerco al carro de mis padres, entro y espero en silencio.

Siento un nudo en mi garganta ante las palabras de Leigh, no porqué lo haya dicho ella, sino porque presionó la herida que ya había sido presionada tan solo minutos antes. 

Rompiendo Lo Coherente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora