♰ Capítulo 14 ♰

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La melancolía parece estar a flote

-¿Y ahora que pasará con la iglesia? - pregunto a papá, estamos tomando desayuno en casa.

-No lo sé, querida - responde él, decaído - pero hoy va a haber una reunión para todo el pueblo - comenta.

-Mmm - emito con algo de tristeza. Veo a mi lado, donde solía sentarse Matthew.

¿Matthew? Hace mucho no mencionaba su nombre completo, siempre lo llamaba Matt, era extraño "oír" su nombre completo.

La última vez que lo llamé Matthew fue a los 6 años luego de que se burlara de mí por haberme caído.

Íbamos al parque, papá y mamá iban detrás de nosotros, agarrados de la mano hablando con una sonrisa. Matt y yo caminábamos delante, tomados de la mano y viendo todo el parque. Matt cada cierto tiempo apretaba mi mano, jugando y fastidiando.

-Niños - habló papá, ambos lo miramos - ¿Qué quieren jugar primero?

-Yo quiero jugar en los columpios - dice Matt, yo apoyo la idea, asintiendo con la cabeza.

-Vamos - dice mamá, jalando a papá y tomando mi mamá para jalarnos a Matt y a mí también. Éramos una cadena muy linda y tierna.

Ambos reímos con ternura.

Cuando nos sueltan nos dirigimos a los columpios.

-Matt, ¿me ayudas a subir? - pido, tratando de alcanzar a sentarme, sin éxito. Matt me sonrie y se acerca a mí, ayudándome a subir al columpio y empujándome - gracias, hermanito - dije con ternura.

-De nada, hermanita - dice, sentándose en el columpio de al lado.

Me columpiaba de adelante hacia atrás, papá y mamá reían. Hasta el día de hoy puedo asegurar que ellos siempre tuvieron demasiado amor para darse el uno al otro. Eran esa pareja de esposos que jamás perdían su amor tan puro. A pesar de nuestra corta edad, sabíamos que con el tiempo no nos podíamos conformar con menos. Matt y yo tendríamos que encontrar a esa persona en nuestras vidas.

Matt decide bajarse y sale corriendo, frunzo el ceño y veo que corre a un carrito de helados. Papá y mamá corren detrás de él, con miedo porque le vaya a pasar algo.

-Mamá, papá, Matthew - llamé, tratando de bajar, no me gustaba estar sola. Me sentía observada cuando lo estaba.

Papá y mamá correteaban a mi hermano, quien reía por sus intentos fallidos.

-Papá - volví a llamar, traté de bajar, pero el columpio se fue para atrás, la gravedad hizo su trabajo haciéndome caer de cara sobre el pasto.

El golpe fue seco, siendo oído por mis padres quienes reían con mi hermano. Ellos voltearon al instante que empecé a llorar desesperadamente, tratando de levantarme.

-Oh, Dios, ¡Maia! - exclamó papá, corriendo rápidamente hacia a mí.

-¡Cariño! - gritó mamá, acercándose a mí también.

-¡Mai! - gritó Matt, siguiendo los pasos de mis padres.

-¡AHHHH! - lloriqueé.

Mamá me tomó en sus brazos, limpiando mi ropa y secando mis lágrimas. Sentí sangre en mi boca, por inercia coloqué mi mano bajo mi boca, algo cayó sobre esta, bajé la mirada y vi un diente.

¡Un diente!

-¡AAAAHHH! - lloré más alto aún.

-Oh, mi amor, ya, tranquila - decía mamá, secando mis lágrimas - Fort, pásame la mochila - indica mamá a papá. Este obedece y le pasa lo pedido. Saca unos paños y le limpia la cara.

Rompiendo Lo Coherente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora