Cerberus

Capítulo Vier

Libro 1b
Capítulo 1 Conceptos de
operaciones militares

Capítulo 2 Concepto de operaciones con sucesos militares

Capítulo 3 Concepto del nivel operacional de la guerra.

Libro 2b. Misiones.
Capítulo 1. Operaciones generales.
Capítulo 2 Operaciones ofensivas y defensivas.
Capítulo 3 Operaciones Terrestre.

Artículo 1 Designación según el carácter de combate.
Artículo 2 Operaciones primarias.
Artículo 3 Operaciones secundarias.
Artículo 4 Tácticas de una batalla.

Asteria Magno.
Rio de Janeiro, Brasil.
Cierra los ojos.

Entramos a una casa donde hay chicas que bailan solo en bragas, miro los pechos de muchas mujeres, veo pezones rosados, morados, cafés, veo pecas y lunares, veo incluso algunos pelos pequeños. Todos tienes algo en común, sus curvas, ninguna tiene una gota de grasa en su cuerpo, son bellas, veo más mujeres estas están borrachas y drogadas, o eso creo, hay muy pocos hombres.

Los pocos hombres que logró observar deben ser muy importantes para tener entre 8 y 10 mujeres para cada uno de ellos.

Ellas se quedan en esta planta, las mujeres que venían en la camioneta blindada con nosotros, él me toma de la cintura guiándome a la segunda planta, donde hay personas besándose. Donde veo entre tres y cuatro mujeres con un solo hombre. Veo armas y dinero, mucho dinero por doquier.

    —Estás en una casa repleta de mafiosos, Magno permanezca atenta a cualquier movimiento—. Dice Mateo.
Sigo subiendo y cada vez me tiemblan más las piernas, Mateo tiene razón, debo estar atenta a cualquier cosa, veo como más mujeres se acercan a de Santos, este les pone una mano enfrente evitando que ellas lo toquen, las 5 mujeres llevan lencería blanca y se ven muy jóvenes deben tener como máximo 20 años. Respiro, ahora pertenezco a las FMSE. No puedo quedarles mal.

      —Fuera, no las quiero cerca, esta noche es para mi Mozão—. Dice este señor hacia las mujeres—. Tráeme la turmalina. La mejor que tengamos en la bodega.

La mujer me mira a la cara y veo enojo. Veo su enfado.

    —Esa Joya solo es para la mujer del Hummer. Ella es una maldita niña segura, recogida de la calle, jamás será digna de ser llamada la dama de Brasil…

       —Cállate la boca y tráeme lo que te pedí antes de que te deje peor que a tu padre—. Sonrió, no llevo ni una semana en Brasil y ya me quieren convertir en la dama del crimen de Brasil. Mierda me voy a devorar a este país. La mujer pasa por mi lado y me pisa, son su tacón chillo de dolor y en eso de Santo la ve, chasquea los dedos y veo a los hombres caminar hacia aquí.—Corten le el tobillo derecho a mi Mozão nadie la toca.

     —Mi señor piedad—. La mujer que me piso se tira al suelo, besándole los zapatos a De Santos.

      —Lleven sé la —. De santos le pega una patada y está rueda por el piso de mármol blanco. Los hombres la toman y veo como ella inicia a llorar, algo en mi pecho inicia a picar. «Le van a cortar el tobillo a una persona por mí».

      —¡Piedad!— Grita ella mientras observó como se la llevan a la fuerza, ella grita con todas lo que hay en su interior, aclamando misericordia. De santos solo abre la puerta de una habitación. Me toma de la espalda baja mientras la señora sigue gritando.—¡¡¡Piedad!!!

La puerta se cierra detrás de nosotros y mi cuerpo está tenso.

    —No le cortes el pie—. Le pido, él me mira y veo una sonrisa en su rostro.