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22 de Abril 2006

El señor Frederick llamo a los hermanos para poder juntarse y hacer los negocios que tenían pendientes.

Antes de que llegará Krist se tomó el tiempo de ir a avisarle a Alice.

Entró viendo como ella estaba acostada en la alfombra viendo el techo.

—Oye niña. —La chica no hizo ninguna acción cuando el mayor la llamó lo cual para el fue extraño. —¡Te estoy hablando!

La menor se sentó en la alfombra, se notaba algo pálida y decaída.

—¿Que te sucede? —Pregunta Krist acercándose.

—Nada.

—Como que nada, algo te sucede, dime ahora.

—No lo se, me siento rara, como enferma, supongo que es eso. —Krist se sentó junto a la chica tocando su frente donde ella lo vio confundida. —¿Q-que haces?

—Tienes fiebre mocosa, le diré a Mariola que te de algo, oh nose. —Este se paró nuevamente. —Bueno, viene para decirte que vendrá uno de nuestros mejores compradores, asique no vendré a verte en algunas horas, le diré a Mariola que se encargue de ti.

—Esta bien. —Habla ella poniéndose de pie quedando frente a Krist.

—Te vez muy mal, mejor descansa. —La menor asintió caminando para la cama.

Mientras Krist salía se quedó viéndola unos segundos y luego se fue, sin dejar el fuerte portazo que usualmente siempre deja.

Camino a su estudio donde se encontró nuevamente a su hermano en el.

—¿Éric? Ahora porqué estas aquí.

—Krist, note algo en estos días, contigo y con la niña que tienes en esa habitación.

—¿De que hablas?

—Te estas encariñando con ella. —El mayor quedo helado en su lugar, sin decir ningúna palabra, no sabía porqué su hermano decía esas cosas.

—Éric, deja de decir estupideces, como me voy a encariñar con una niña.

—Pues lo haces, hasta creo que te gusta un poco, es decir, la salvaste, la llevaste el club, le pediste a las cocineras que no pongan en sus platos las cosas que ella es alérgica, te preocupas por ella de alguna forma, y eso no lo haces con nadie, ni siquiera conmigo. —Quedó aún más sorprendido cuando su hermano supo todo lo que hizo cuando el no estába.

—¿Como sabes todo eso?

—Es fácil de enterarse, y la verdad quedé más sorprendido porqué entonces mis sospechas si eran ciertas.

Krist soltó un suspiro preparado para hablar sinceramente con su hermano oh eso pensaba.

—Escucha Éric, aun no tengo planeado que haré con Alice, pero yo no me encariñe con ella y no me gusta, solo la estoy dejando más tiempo para que su familia sufra más, eso es todo.

—No te creo nada, estas mintiendo.

—¡No te estoy mintiendo! Ya andate el viejo ese ya va a llegar y hay que recibirlo.

—Bien como digas, pero aún no te creo nada.

—Piensa lo que quieras, pero ya andate.

Éric salió del estudió donde por uno de los ventanales vio el auto negro de su mejor comprador, escucho y vio a Krist salir también donde le grito que ya había llegado.

Mientras el hermano menor bajaba las escaleras Krist se dirigía hacia la cocina.

—Mariola.—Llama el mayor.

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