No tan simple vida

Año 17

El viento es frio mientras mira sus manos cansadas, limpiar de plaga las calabazas no es agradable cuando hay gnomos que tienes que espantar o ligeros moscos mágicos que no sabía de su existencia, Annethe ha aprendido mucho en este tiempo de castigo que se ha alargado más de lo necesario.

-Por merlín sangriento – escucha a alguien detrás, un joven Slytherin la mira amargo como si fuera su culpa estar al borde de la cabaña de Hagrid esa mañana, con una dura mirada azul es como el niño de nombre Robert Wright la acusa en silencio.

-Hagrid dijo que no debíamos tomarlos de esa forma – la chica bufa desde su lado de la pequeña huerta, las distintas calabazas son extensas ...verdes y felices de ser tratadas por manos jóvenes.

-No me interesa lo que diga ese sucio guardabosque – bufa indignado Robert, como típico Slytherin es una sangre pura con un ego alto ... casi a la par de Flint.

Aunque es de los más llevaderos ...tiene sus propias molestias.

-No digas así ... Hagrid es un hombre con gran sabiduría ...y si no fuera por él, habías sido comido por gnomos -recuerda amablemente la nacida muggle la primera semana que hicieron esto, donde el chico fue arrastrado casi al boque prohibido por unos burlones seres que estaban felices de sus gritos.

Annethe intento ayudar ... pero termino con diversos rasguños.

Al menos el chico fue menos molesto desde ese dia.

-...-Wright arruga su nariz.

-Así que recuerda sus enseñanzas – amonesta Annethe mientras gira una rama foránea cerca de la calabaza en turno, el olor a tierra ...la humedad típica de esta temporada hace que sus manos se duerman por el frio.

Ni los guantes reforzados con diversos encantamientos mengua la molestia, pero se ha acostumbrado y es mejor esto que pelear con estatuas viejas para limpiarlas.

- ¿Ya terminaron? – Hagrid sonríe al salir de la cabaña con algunas tazas de una bebida caliente, el hombre es amable, ajeno a los comentarios bajos que el Slytherin hace para llamarles y hacerlos sentarse en unas rocas cómodas.

Sus manos duelen, pero logra tomar la taza con suavidad ... - chocolate -ella dice divertida por sorber esta bebida, mas dulce que la anterior.

Ya que el tipo suele tomar cosas amargas que no le agrada a su lengua juvenil.

-Si, el director me dijo que serian de mejor agrado que el té de mandrágora – dice sinceramente el hombre ignorando las molestias de esa bebida exótica que provoco en los adolescentes, solo Robert se tensa por la memoria de una lengua dormida.

Supone no fue la mejor experiencia, de tantas que han vivido con el ajeno Hagrid, quien por su porte y mestizaje no suele tener las mismas debilidades que una persona normal.

-Qué bueno ...no quisiera beber algo amargo de nuevo -escupe el Slytherin.

-No seas grosero ... -Miller dice con un simple hondeo a quien está sentado lejos de su presencia, los días de convivio forzado no ha quitado mucha de su irritación, pero el niño ha logrado dejar de soltar veneno a su punto después de dos casualidades que amablemente la nacida muggle le ha ayudado a ser menos hostil.

Una de ellas fue el asunto del gnomo...la otra cuando Firenze la visito.

-Tch ...-el chico bufo, con su cabello castaño es difícil lograr ver que mirada hace al enfocarse enteramente en su taza, Annethe niega pensar demasiado en complejos infantiles para mirar a Hagrid.

-Firenze me dijo que le agrado mucho tu regalo – dice el medio gigante repentinamente, como si se acordara de algo.

-Me imagine, Mamá me dijo que es un libro muy solicitado en el lado muggle – asegura la antes adulta siendo ignorada por el único amargo niño, ante la carcajada del mayor.